Miércoles de la Tercera Semana de Adviento
«Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios» Lucas 7,22
El Señor no tiene límites a la hora de cumplir su misión. ¿Dónde tengo puesta mi esperanza? ¿Dónde tengo situada mi alegría? Porque la esperanza está íntimamente relacionada con la alegría interior. El cristiano siempre debe tener los ojos puestos en Cristo, que no falla nunca. Centremos nuestra mirada en Él, que todo lo puede, absolutamente todo, y no pongamos límites a nuestra esperanza.
Dios les Bendiga.
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