Miércoles de la Segunda Semana de Adviento
«Mi yugo es suave y mi carga ligera» Mateo 11,30
Durante el Adviento, Jesús nos entiende mejor de lo que nos entendemos nosotros mismos. Su corazón, gentil y humilde, sale a recibirnos. Porque el alivio no está en eliminar aquello que más nos cuesta, sino en reconocer a Jesús cargándolo con nosotros.
Dios les Bendiga.
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