«El que quiera salvar su vida, la perderá; el que pierda su vida por mí, la encontrará» Mateo 16,25
Hoy Jesús nos invita a no buscar un origen divino para los sacrificios y las penurias, preguntándonos ¿Por qué Dios me manda esto?, sino que tratemos de encontrar un uso divino para ello. ¿Cómo podré hacer de esto un acto de fe y de amor? Porque es desde esta posición como seguimos a Cristo y como nos hacemos merecedores de la mirada misericordiosa del Padre. La misma mirada con la que contemplaba a su Hijo en la Cruz. Amén.
Dios nos bendiga.
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