«Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad» Lucas 4,36
La autoridad de Jesús tiene una fuente muy clara. En él se funden la palabra y la obra; decía y curaba; sentía lo que decía y hacía lo que decía. En Jesús todo sonaba a verdadero; nada olía a falso, a hipocresía, a ganas de figurar. Pidamos al Señor que nos ayude a mantenerle siempre ante nosotros como el modelo y objetivo de nuestra vida. Amén.
Dios nos bendiga.
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