«Mi casa será casa de oración» Lucas 19,46
Jesús no nos pide cosas imposibles a los que quieren seguirle. Nos pide confianza y amor absoluto. Pero es ciertamente más sencillo decirlo que hacerlo. No serán nuestras fuerzas las que nos aseguren el seguimiento de Jesús, sino dejarnos transformar por Dios mismo, al entregarle con generosidad nuestro corazón. Invitemos a Jesús en este momento a entrare en nuestro corazón y que sea él quien nos transforme, cada día. Amén.
Dios nos bendiga.
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