Miércoles de la Vigésima Octava Semana del Tiempo Ordinario
«¡Ay de ustedes, porque abruman a la gente con cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni con la punta del dedo!» Lucas 11,46
Hoy Jesús nos invita a ejercer nuestra autoridad siendo coherentes con lo que decimos y hacemos. Las personas que tienen autoridad sobre los demás pueden caer fácilmente en el defecto de exigir de los otros cosas que pueden ser justas, pero que ni ellos ponen en práctica en su propia vida. Jesús nos advierte que exigir a los demás lo que nosotros no hacemos es un mal ejercicio de la autoridad, ya que la verdadera autoridad nace del buen ejemplo, que ayuda a los demás a practicar lo que es justo y necesario. Pidamos hoy la gracia de ejercer nuestra autoridad con amor y coherencia para ayudar a los demás encontrar el camino que los lleva al bien, la confianza y paz. Amén
¡Dios nos bendiga!
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