Domingo de la Trigésima Semana del Tiempo Ordinario
«¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!» Lucas 18,13
Hoy Jesús nos invita a poner en práctica la oración humilde para tener una buena relación con Dios. Todos llevamos dentro un fariseo soberbio y vanidoso y el publicano humilde y pecador pero como cristianos debemos esforzarnos por ser humildes como el publicano a pesar de nuestros pecados, reconociendo que solo Dios nos puede salvar. Pidamos hoy la gracia de orar con humildad, confianza y arrepentimiento para que Dios nos escuche y cure nuestra heridas porque el que sabe bien orar, sabe bien vivir. Amén.
Dios nos bendiga.
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