Llamados a vivir para siempre alimetados por Jesús presente en la Eucaristía

Jueves de la Tercera Semana de Pascua

«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre» Juan 6,51

Jesús nos dice que él es el pan que nos da la gracia de vivir para siempre. Durante 40 años Dios alimentó al pueblo Israel con el maná una comida milagrosa mientras peregrinaba por el desierto, Jesús nos ha dejado un milagro aún mayor, la Eucaristía para sostenernos no solo durante 40 años sino hasta que él regrese en gloria al final de los tiempos. El pan ordinario es transformado en el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, por el poder del Espíritu Santo. La Eucaristía es la plenitud de la presencia de Jesús para que nosotros los seres humanos participemos de él, para que podamos llegar a ser como él, para que podamos compartir la eternidad con él. Pidamos hoy y siempre la gracia de la fe para reconocer no con nuestros sentidos que en la Hostia Consagrada está Jesús presente quien es la fuente del amor salvador de Dios para la humanidad. Amén

Dios nos bendiga.