Memoria de los Santos Mártires Cornelio y Cipriano
«Cada árbol se conoce por su fruto» Lucas 6,39
Jesús nos recuerda que debemos producir buenos frutos para la vida eterna. Si queremos que un árbol crezca sano, primero debemos plantar una buena semilla. El Evangelio de Jesucristo es la buena semilla que se debe plantar para que nuestra vida produzca fruto eterno. Sin Cristo, sólo podemos producir espinos y zarzas, la Buena Nueva de Jesucristo, cuando se recibe en el corazón de una persona, produce una vida transformada tanto física como espiritual. Pidamos por la intercesión de los Santos Mártires Cornelio y San Cipriano la gracia de dejarnos transformar continuamente por la Buena Nueva de Jesucristo para dar frutos para vida eterna.
San Cornelio y San Cipriano, rueguen por nosotros.
Dios nos bendiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario