sábado, 18 de noviembre de 2023

Llamados a ser persistentes en la oración

Sábado de la Trigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario 

«¿Creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar?» Lucas 18,7 

En el Evangelio de hoy se nos recuerda la importancia de orar sin cansarnos. ¿Por qué debemos orar sin cansarnos? La oración fortalece nuestra voluntad y aumenta nuestra fe en que Dios es verdaderamente quien guía nuestras vidas. Orar sin cansarnos nos ayuda a recordar que nuestra vida no se trata de nosotros mismos, sino de servir a Dios y a las personas que nos rodean a través de las obras de misericordia corporales y espirituales. La oración establece una relación con la Santísima Trinidad. Debemos recordar, sin embargo, que la oración no es un monólogo, sino un diálogo en el que hablamos y escuchamos. Es muy fácil para nosotros hablar en oración, lo que hace que sea difícil escuchar. Debemos volver los oídos de nuestro corazón al Señor. Él no quiere nada más que derramar su amor, misericordia, gracia y sabiduría en nuestros corazones. Lo nuestro es escuchar en la quietud su voz. Cuando oramos, aprendemos la voz de Dios. Pidamos hoy la gracia de aprender el movimiento del Espíritu Santo en nuestros corazones, que nos ayuda a protegernos del maligno, para que nuestros corazones encuentren paz y unión con Dios. Amén

Dios nos bendiga.




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