miércoles, 8 de enero de 2020

Miercoles de la Segunda Semana de Navidad

«Después de despedirse de ellos, se fue al monte a orar» Marcos 6,45

Oración y vida cristiana van unidas, son inseparables. Pidamos al Señor actuar siempre desde el diálogo continuo que Jesús nos ofrece, en el sosiego del espíritu. Desde esta cierta pasividad contemplativa veremos que la oración es el respirar del amor. Si no respiramos morimos, si no rezamos expiramos espiritualmente. Amén.

Dios nos bendiga.

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