Lunes de la Cuarta Semana de Cuaresma
«Jesús le contestó: Vete, tu hijo ya está sano» Juan 4,50
Las curaciones milagrosas también pueden tener lugar en nuestras vidas si nos acercamos a Jesús como el funcionario real con verdadera humildad, confiando en la fe, la oración sincera y la voluntad de entregarnos a la voluntad de Dios. Porque tenemos la palabra inagotable de Jesús en la que debemos confiar. Amén.
Dios nos bendiga.
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