Viernes Después del Miércoles de Cenizas
«Pero ya vendrán días en que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán» Mateo 9,15
Hoy Jesús nos recuerda que hay un tiempo para celebrar con alegría pero que la Cuaresma es un tiempo de ayuno, de sacrificio. En la Cuaresma los cristianos ayunamos como una práctica penitencial de autodisciplina, negándose comida y bebida, u otros bienes, para liberarnos de la distracción, enfocando nuestros deseos en Dios y permite que la incomodidad que sentimos nos una de alguna manera pequeña con el sufrimiento de Jesús, porque donde nosotros nos vaciamos, Dios entra y llena nos llena con sus dones. Pidamos la gracia de que en esta Cuaresma nuestro ayuno anime nuestros corazones a estar más unidos a Jesús, el esposo, en espera de las alegrías de la Pascua. Amén.
Dios nos bendiga.
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