Domingo de la Quinta Semana del Tiempo Ordinario
«Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres» Mateo 5,16
Hoy Jesús nos llama a ser sal y luz del mundo. La sal en la vida del cristiano es signo de conservar y preservar nuestras mejores cualidades y valores, en especial la capacidad de amar a todas las personas. Aunque la sal es importante, más lo es la luz, signo de la nueva vida en Cristo, de todo lo bueno y positivo que nos ayuda a caminar correctamente y ser la solución a muchos de los problemas de hoy. Pidamos la gracia de ser sal y luz para el mundo y así combatir la deshumanización y la oscuridad generada por el pecado, la ignorancia o el prejuicio, siendo presencia de Cristo para los demás. Amén.
Dios nos bendiga.
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