martes, 5 de marzo de 2024

Llamados a perdonarnos unos a otros como Dios nos ha perdonado

 Martes de la Tercera Semana de Cuaresma

«Jesús le contestó: “No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete» Mateo 18,22

La temporada de Cuaresma es una oportunidad para considerar activamente el concepto de perdón: la gran misericordia de Dios y las formas en que estamos llamados a imitar esta misericordia en nuestras propias vidas. En el Evangelio de hoy, por ejemplo, Jesús cuenta una parábola que compara el reino de los cielos con un rey que quiere ajustar sus cuentas. Se presenta ante él un deudor que debe una cantidad tan grande que sería imposible de pagar. Pide más tiempo y el rey le perdona por completo su préstamo. Aunque ya no le debe nada al rey, inmediatamente busca otro sirviente que le debe una cantidad mucho menor. Comienza a estrangularlo, exigiendo el pago. Cuando el otro sirviente le ruega que le dé más tiempo, él se niega y lo encarcela. Este comportamiento es evidentemente absurdo. ¿Cómo podría exigir el pago de una deuda tan pequeña, cuando su deuda inmensamente mayor ya ha sido perdonada? Y, sin embargo, la moraleja de la historia es que así es exactamente como actuamos cuando nos negamos a perdonarnos unos a otros. Al final de la parábola, el amo condena al siervo despiadado a una tortura interminable. Jesús advierte que su Padre celestial hará lo mismo con nosotros, a menos que nos perdonemos unos a otros de corazón. La dureza de corazón tiene consecuencias eternas. Al igual que el siervo de la parábola, toda nuestra deuda ha sido perdonada por Dios. Jesús tomó los pecados del mundo entero cuando murió en la cruz por nosotros. En relación con esto, cualquier ofensa que se nos haga es menor. Por tanto, recordemos que la misericordia de Dios no tiene límites. Ningún pecado es tan grande que Dios no pueda perdonarlo. Con la ayuda del Espíritu Santo, debemos aprender a perdonarnos unos a otros como Dios nos ha perdonado. Amén

Dios nos bendiga.





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