Miércoles de la Octava Semana del Tiempo Ordinario
«Ciertamente pasarán la prueba que yo voy a pasar y recibirán el bautismo con que yo seré bautizado» Marcos 10,39
Hoy Jesús nos invita a que como discípulos de él debemos amar y servir a los demás. En el Evangelio de hoy, Santiago y Juan le piden a Jesús que les permita compartir su gloria ellos piden eso porque en verdad no comprenden completamente el mensaje de Jesús, ellos quieren el privilegio de estar al lado de Jesús, sin darse cuenta de para llegar allí, tendrán que pasarán por las mismas pruebas del Seño. Por eso Jesús les recuerda a ellos y a nosotros, si quieres ser grande, debes humillarte, no te enseñorearás de los demás, sino sé cómo su siervo. Amaos unos a otros con corazón puro, con humildad y como siervos, esto es una guía, claro, pero puede ser un poco difícil entender cómo estas palabras nos ofrecen consuelo ante los desafíos a nuestra fe, pero no se trata de lo que podemos o no podemos hacer, sino de lo que Dios puede hacer, hemos recibido nueva vida a través de Jesucristo, y a través de la gracia de nuestro bautismo y la vida continúa en la Iglesia, al final venceremos cualquier cosa que este mundo nos depare. Pidamos la gracia de que las pruebas de este mundo, pero ya no nos derrotan, porque tenemos la promesa de vida eterna en Cristo. Amén
Dios les bendiga.
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