Miércoles de la Séptima Semana del Tiempo Ordinario
«Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor» Marcos 9,40
En el nombre de Jesús tenemos el poder de sanar y consolar. Escuchar las Escrituras de hoy ilustra que los humanos no han cambiado mucho desde la época de Jesús. Todavía tendemos a la polarización y a la ilusión de que tenemos el control. Invocar el nombre de Jesús en oración es cómo cambiamos el mundo; así es como nos cambiamos a nosotros mismos, realizar obras en su nombre, obras de misericordia corporales y espirituales, es la forma en que continuamos su misión de construir el reino aquí en la tierra. En él estamos unidos, no polarizados; en él somos guiados con claridad, no con ilusión. Todos los que pertenecen a Cristo, aquellos que están con y para Él hacen cualquier acción, grande o pequeña, con la confianza de que es Cristo mismo quien obra en nosotros y a través de nosotros para sanar, consolar, perdonar y traer gozo. Amén
Dios nos bendiga.
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