lunes, 27 de mayo de 2024

Llamados a poner nuestras riquezas en las manos del Señor

Lunes de la Octava Semana del Tiempo Ordinario

«Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos» Marcos 10,21

Hoy Jesús nos recuerda que las riquezas pueden ser una bendición, pero también pueden convertirse en una fuente de ruina. El encuentro de Jesús y el hombre rico proporciona una llamada de atención para los Apóstoles y probablemente para muchas personas que hoy tienen la idea de que las riquezas indican el favor de Dios, porque aunque las riquezas son una bendición en muchos casos, pero también pueden convertirse en una fuente de ruina. Cuando las cosas o el dinero se vuelven más importantes que las personas, la buena salud o incluso Dios, pueden conducir al desastre, ya que la riqueza no puede salvarnos, porque sólo Dios puede salvarnos, el hombre del Evangelio dijo que estaba buscando una manera de obtener la vida eterna. Renunciar a las cosas buenas que tenía a cambio de una recompensa mayor era una elección demasiado difícil para él. Pidamos al Señor la gracia de reconocer que nuestras riquezas sólo son grandes cuando están dirigidas al bien que el Señor desea para todos, el Señor toma lo que tenemos y lo multiplica para su propósito, llevando luz al camino de todos los que lo buscan. Porque solo Dios puede hacer que sea posible, incluso que nuestras almas pecadoras e indignas puedan vivir con él por la eternidad, que hoy y siempre podamos dar gracias por las verdaderas riquezas que poseemos, por mucho dinero que tengamos, porque Dios nos ama, la fe nos salva y la esperanza es la que nos guía. Amén

Dios nos bendiga.




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