Decimonoveno Domingo del Tiempo Ordinario
«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre» Juan 6,51
Cuando Jesús habla de sí mismo como el pan bajado del cielo al pueblo judío le es difícil entender que Jesús declare como pan, siendo de carne y sangre y menos que haya bajado del cielo porque conocían a su familia. Jesús es el pan de vida bajado del cielo y nosotros lo sabemos que él es la Palabra encarnada de Dios que nos ha revelado el corazón de Dios. Pidamos la gracia de la fe para reconocer a Jesús presente en medio de nosotros en la Eucaristía sosteniéndonos en nuestro viaje terrenal con la promesa de que nuestra vida aquí continuará en el cielo, con él, para siempre. Amén
Dios nos bendiga.
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