Lunes de la Vigésimo Primera Semana del Tiempo Ordinario
«¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les cierran a los hombres el Reino de los cielos!» Mateo 23,13
En el pasaje del Evangelio de hoy Jesús pronuncia una serie de “¡Ay de ustedes”. ¡Ay de ustedes es un término que indica calamidad, aflicción, desgracia y sufrimiento. No hay nada positivo en ¡Ay de ustedes. Las palabras de Jesús a los escribas y fariseos dejan claro que sus prioridades se han desalineado, y que con más frecuencia su interés está en el poder, no en ayudar a otros a acercarse a Dios. Consideremos cómo las advertencias de Jesús a ellos podrían ayudarnos a corregir nuestro rumbo. Primero, podríamos reflexionar sobre si hacemos algo que impida que otros alcancen el reino de los cielos. Segundo, podríamos considerar si compartimos nuestra fe con otros de una manera que los anime a acercarse a Dios. Finalmente, podemos pensar en nuestras prácticas religiosas. Si hemos perdido el foco en ellas, tomémonos un momento para intentar recuperar el significado que hay detrás de ellas. Pidamos hoy la gracia de considerar lo que Dios nos pide que prioricemos, demos gracias por la Eucaristía porque en ella tenemos la oportunidad de volver a ponernos en forma y poner a Dios en primer lugar en nuestras vidas. Amén.
Dios nos bendiga.
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