Miércoles de la Vigésima Tercera Semana del Tiempo Ordinario
«Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios» Lucas 6,20
Jesús no solo se limitó a hablar, sino que acompañó sus palabras de actos. Alegrar, dar de comer, consolar son actos sencillos y pequeños, pero que puestos en las manos de Dios, se convierten en el propio Reino. Pidamos al Señor la gracia de que nuestras palabras y actos diarios sean ejemplo del Reino de Dios entre nosotros. Amén.
Dios les bendiga.
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