Miércoles de la Trigésima Segunda Semana del Tiempo Ordinario
«Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios» Lucas 17,15
Sólo uno de los diez leprosos un samaritano reconoció en Jesús a su salvador, porque él tuvo fe, y su fe le salvó. Le dio la vida eterna, la salud y la salvación para siempre. Por eso hay que pedirle mucho a Dios que tenga compasión de nosotros. Que nos sane, por fuera y, sobre todo, por dentro. Y cada vez que sintamos su misericordia, darle gracias.
Dios les bendiga.
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