«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos» Mateo 5,3
Querido Jesús, no hago mucho para que las Bienaventuranzas cobren vida en mí. Ayúdame a darle al cielo su valor total. Ayúdame a desearlo más cada día. Ayúdame a meditar sobre cómo será el cielo, así que me encantará cada vez más y estaré dispuesto a hacer cualquier cosa, lo que sea necesario, para llegar allí y ayudar a que lleguen también muchos otros. Amén.
Feliz semana.
Dios nos bendiga.
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