«Pero un soldado le clavó la lanza en el costado, e inmediatamente salieron sangre y agua» Juan 19,34
Hoy celebra la Iglesia el Corazón de Jesús, su humanidad latiendo al ritmo de Dios. Sin desajustes. Sin arritmias. Puro compás. Eso que a nosotros, también humanos, nos resulta a veces tan costoso, es lo que ya Jesús ha realizado en su carne, la plenitud que Él fue gestando día a día es la que se ha arraigado en nuestro propio corazón como fuerte raíz o fiel cimento. ¡No es imposible amar como Él, crecer como Él, tener sus mismos sentimientos y su sensibilidad!
Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.
Dios nos bendiga.
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