«El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama» Lucas 11,23
Señor Jesucristo, no estoy contento solo con ser liberado del pecado, aunque eso ya es un gran regalo. Sé que estás llamando a la puerta de mi corazón. Te pido que entres y hagas de mi alma tu morada. He sido hecho para ser una morada de la Santísima Trinidad, y deseo esa plenitud de vida. Amén.
Dios nos bendiga.
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