Memoria de San Ignacio de Loyola
«Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa» Mateo 13,57
Es posible que la historia de la vida y el ministerio de Jesús se haya vuelto tan familiar que ya no nos asombra, que presumimos saber cómo funciona Dios, o que hemos olvidado cómo el Espíritu puede traer vida fresca a las personas y los lugares donde vivimos. Pidamos hoy al Señor que nuestra fe sea renovada a través de la obra del Espíritu Santo para que podamos ser testigos de la gracia de Jesús para todos. Amén.
San Ignacio de Loyola, ruega por nosotros!
Dios nos bendiga.