«Le siguieron muchos y los curó a todos» Mateo 12,15
Jesús no vino principalmente para curar a los enfermos, sino para destruir el poder del pecado y la muerte. Parte del poder del pecado es la división entre las personas. Pidamos hoy ese mismo poder del Espíritu que el Padre puso sobre Jesús para que también nosotros podamos ser instrumentos de reconciliación especialmente entre las personas que nos rodean. Amen.
¡Feliz sábado!
Dios nos bendiga.
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