Domingo de la Decimoquinta Semana del Tiempo Ordinario
«Salió un sembrador a sembrar» Mateo 13,3
Hoy Jesús nos recuerda que al igual que la semilla del agricultor, nuestra fe debe ser nutrida, alimentada, protegida y cuidada. Pero que nosotros también debemos aprender a separar lo bueno de lo malo en nuestras propias vidas. Para que la semilla de nuestra fe siempre este profundamente arraigada en Cristo y su Iglesia para que no se desperdicie o se marchite, sino más bien que produzca el fruto que Dios espera. Amén.
¡Feliz domingo!
Dios nos bendiga.
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