«Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes» Mateo 10,20
Hoy Jesús nos recuerda que Dios nunca nos ha dejado a nuestra propia suerte, sus palabras son una promesa tranquilizadora de que cuando actuamos con verdadera fe y como testigos del Evangelio, Dios nos proporcionará lo que en verdad necesitamos. Porque no se trata solo de nosotros, se trata del Espíritu de Dios trabajando en el mundo a través de nosotros. Oh Señor, abre mis labios, y mi boca proclamará tu alabanza. Amén.
Dios nos bendiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario