Domingo de la Décima Tercera Semana del Tiempo Ordinario
«Jesús la tranquilizó, diciendo: Hija, tu fe te ha curado» Marcos 5,34
El evangelio de hoy nos muestra dos relatos maravillosos, que destaca la dulzura con la que Jesús cura a dos mujeres que se encuentran con él. Jesús no quería que estas curaciones fueran anónimas; Él quería hablar cara a cara con estas personas, mirarlas a los ojos, tocarlas y no simplemente aliviarlas de los síntomas físicos, sus heridas, sus errores del pasado, sus pecados y sus prejuicios; Jesús quiere llegar a sus corazones. Pidamos hoy la gracia de la fe que le permitirá a Jesús obrar en nosotros para nuestro bien y el bien de los demás. Amén.
¡Feliz domingo!
Dios nos bendiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario