Martes de la Sexta Semana del Tiempo Ordinario
«Fíjense bien y cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes» Marcos 8,15
Hoy Jesús nos dice que sólo Dios es capaz de satisfacer nuestras necesidades. La comida es en sí misma buena y necesaria pero después de comer, siempre volvemos a tener hambre. Los dones de Dios son dones perfectos que satisfacen nuestras necesidades más profundas, nuestros deseos más verdaderos. Mientras nuestros deseos crecen, disminuyen y cambian constantemente, Dios es inmutable y constante. Pidamos la gracia de volver nuestro corazón a Dios y desearlo sólo a él, porque sólo él puede satisfacer nuestros anhelos y necesidades. Amén.
Dios nos bendiga.
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