domingo, 11 de diciembre de 2022

Llamados a vivir en la alegría

Homilía Tercer Domingo de Adviento, Domingo Gaudete
11 de diciembre de 2022
“Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan” – Mt 11, 2-11

Queridos hermanos y hermanas, hoy, 11 de diciembre celebramos el Domingo de Gaudete, el Tercer Domingo de Adviento, el Domingo de la Alegría. Todavía tenemos dos semanas completas hasta el día de Navidad; podemos alegrarnos de que todavía tenemos tiempo para preparar nuestros corazones y hogares con seguridad, tranquilidad para la Navidad. Con el encendido de la vela color rosa, notamos que hay algo diferente y las lecturas de hoy nos ayudan a descubrir esa diferencia para  regocijarnos porque el Mesías está en medio de nosotros y lo reconocemos a través de los atributos que la Escritura nos brinda hoy.

Queridos hermanos y hermanas, las lecturas de hoy reflejan este tema de regocijo. Isaías pinta un cuadro glorioso de la tierra en gozo cuando venga el Señor. Santiago anima que el regreso del Señor está cerca, justo cuando los frutos de la tierra están a punto de florecer. En el Evangelio, Jesús asegura a la multitud que él es el que ha de venir, aquel cuyo camino ha estado preparando Juan el Bautista. Jesús restaura la salud de las personas, anuncia la buena nueva a los pobres y bendice a los que lo siguen, tal como lo predijo Isaías.

Queridos hermanos y hermanas, Juan debe haberse llenado de alegría cuando sus discípulos confirmaron que Jesús es el que ha de venir. Pero debemos notar algo como dice el Papa Francisco hoy Juan el Bautista está viviendo un momento en el que ya no puede reconocer en Jesús al Mesías esperado y envía a sus discípulos a verificarlo. Incluso el mayor creyente atraviesa el túnel de la duda. Y esto no es malo; al contrario, a veces es esencial para el crecimiento espiritual, porque solo así podremos experimentar la verdadera alegría que nos ofrece el Señor. Hoy somos llamados a llenarnos de alegría cuando vemos y escuchamos las obras curativas y transformadoras de Dios que se llevan a cabo a nuestro alrededor especialmente en nuestra familia y comunidad. El Mesías está con nosotros, la alegría que él nos ofrece está destinada a ser compartida con los demás y así ayudar a otros a seguir creciendo sanamente en nuestra relación con Dios y los demás.

Queridos hermanos y hermanas, Juan Bautista fue el mensajero enviado para preparar el camino a Jesús, lo cual hizo con alegría a pesar de las dificultades que tuvo que enfrentar, Jesús es el mensaje que Juan Bautista proclamó. En Jesús aprendemos que el Mesías es el que trae buenas noticias a los pobres y cura a todos los necesitados. Nos regocijamos en este conocimiento. El Adviento no debe ser un tiempo de ansiedad, sino de seguridad, tranquilidad en la preparación para el nacimiento de Jesús, pero el Adviento es también un tiempo de redención en Jesús a través de su vida, muerte, resurrección y regreso en gloria.

Que el Domingo de Gaudete nos da la oportunidad de regocijarnos en lo que Jesús hace por nosotros, y preparar nuestros corazones no solo para su nacimiento... sino para su reino. Hoy somos llamados a ser fieles y verdaderos discípulos de Jesús, permitiendo que Dios obre a través de nosotros y haga visible a su Hijo Jesús el Mesías y Salvador en nuestras obras de caridad especialmente con aquellos que convivimos a diario…

¡Alegrarte, oh Israel! ¡Vendrá, ya viene Emanuel! Amén





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