Sábado de la Vigésima Octava Semana del Tiempo Ordinario
«Todo aquel que me reconozca abiertamente ante los hombres, lo reconocerá abiertamente el Hijo del hombre ante los ángeles de Dios» Lucas 12,8
Hoy Jesús nos recuerda que todo es un regalo de Dios. Muchas veces caemos en la trampa de creer que todo depende de nosotros, esto sucede a menudo en nuestra vida cotidiana y en nuestra vida espiritual, a medida que sumamos las buenas obras y las prácticas piadosas que creemos que “nos llevarán al cielo”. En el Evangelio de hoy Jesús explica a sus discípulos que no necesitan prepararse para defenderse bajo la persecución, porque en el momento de la prueba, dice Jesús, el Espíritu Santo os enseñará... lo que debéis decir. Jesús nos recuerdan que debemos vernos a nosotros mismos y a los demás a través del lente de la gracia, esto no quiere decir que nuestras acciones sean intrascendentes, sino que Dios es Dios, Él es misericordia, justicia, paciencia y amor, Él está a cargo y es fiel y firme, esto es gracia. Pidamos la gracia de reconocer que todo es un regalo de Dios y que generosamente debemos el amor de Dios con los demás. Amén
Dios nos bendiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario