Opcional Memoria de San Enrique
«No tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo» Mateo 10,31
La mayoría de nosotros tenemos algo que nos da miedo. Podría ser miedo a las alturas, miedo a los espacios reducidos o miedo a hablar en público, por nombrar algunos. Pero al vivir como discípulos, nos dice Jesús, no debemos temer las cosas de este mundo que pueden dañarnos porque el cuidado del Señor por nosotros es mayor que cualquier otra cosa. La fe nos ayuda a superar el miedo y no podemos permitir que el miedo nos impide compartir el Evangelio, es por eso que utilizando diferentes escenarios, Jesús les dice tres veces a sus Apóstoles, y a todos nosotros: No tengan miedo. A los Apóstoles se les dijo lo que enfrentarían, Jesús dice que el mismo tipo de tratamiento que está recibiendo, obtendrán y más. El primer ejemplo que presenta es que se le acusa de ser Belcebú. Recibirán un trato similar. Pero él dice: no tengáis miedo. Jesús repite esas palabras de aliento nuevamente mientras los insta dos veces más a proclamar el Evangelio desde los tejados de las casas y a hacerlo sin temor a ser asesinados. Nuestro miedo, dice, no debería ser de aquellos que pueden matar sólo el cuerpo, sino de aquellos que pueden destruir tanto el cuerpo como el alma en la Gehena. Jesús dice que si compartimos su Buena Nueva –reconociéndolo ante los demás– él nos reconocerá ante su Padre. Hermanos y hermanas: Pidamos por intercesión de San Enrique que, aunque todavía tengamos miedo a las alturas, a hablar en público o a los espacios reducidos, no tengamos que temer ser abandonados por Dios en nuestra vida de fe. Necesitamos seguir el ejemplo de Isaías en nuestra primera lectura, quien respondió a su llamado a profetizar levantando su mano y diciendo: “Aquí estoy, Señor, envíame a mí”.
¡San Enrique, ruega por nosotros!
Dios nos bendiga
No hay comentarios:
Publicar un comentario