Jueves de la Primera Semana del Tiempo Ordinario
«Jesús se compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: “¡Sí quiero: sana!» Marcos 1,41
Hoy Jesús nos invita a reconocer nuestra gran necesidad de ser sanados no solo de nuestras enfermedades físicas, sino también de nuestras enfermedades espirituales. Tal vez nos sintamos indignos del Señor, pero el ejemplo del leproso del evangelio de hoy nos enseña que en la adoración o el reconocimiento de quién es Jesús está la clave para alcanzar lo que más desea nuestro corazón. Pidamos hoy la gracia de reconocer quién es Jesús, de lo que solo él puede hacer en nuestras vidas y la vida de los demás. Amén
¡Dios nos bendiga!
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