Martes de la Vigésima Semana del Tiempo Ordinario
«Yo les aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los cielos» Mt 19,23
Hoy Jesús nos recuerda que Dios nos da dones para servir al bien común. Como discípulos si queremos heredar la vida eterna, debemos dejar casas, tierras y relaciones como propias, y dárselo todo a Dios porque el desapego es aprender a amar con todo uno mismo, es decir, un enfoque total en Dios con exclusión de todo lo demás. Esto no significa que no podamos luchar por, apreciar, estar agradecidos e incluso amar lo que se nos ha dado. Pidamos por la gracia tanto de reconocer a Dios como la fuente de nuestras bendiciones como de utilizarlas para el bien común. Amén
Dios nos bendiga.
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