Memoria de San Andrés Kim Taegon, presbítero y San Pablo Chong Hasang y Compañeros, Mártires
«Jesús comenzó a recorrer ciudades y poblados predicando la buena nueva del Reino de Dios» Lucas 8,1
Hoy celebramos la fiesta de varios mártires de la Iglesia primitiva en Corea. San Andrés Kim Taegon, presbítero y San Pablo Chong Hasang y compañeros, mártires que trabajaron incansablemente y se sacrificaron mucho para que la Iglesia se estableciera y creciera en Corea. San Juan Pablo II los describió como «levadura» para la Iglesia cuando los canonizó durante su pontificado, diciendo: «La muerte de los mártires es similar a la muerte de Cristo en la cruz, porque, como la suya, la de ellos se convirtió en el comienzo de una nueva vida, pero esta nueva vida no se manifestó solo en ellos mismos –en aquellos que sufrieron la muerte por Cristo– sino que se extendió también a otros. Se convirtió en la levadura de la Iglesia como comunidad viva de discípulos y testigos de Jesucristo». Es una etiqueta adecuada teniendo en cuenta que sería difícil saber si la Iglesia estaría en Corea sin su trabajo. Antes de ser mártires, estos misioneros y evangelistas vivieron, viajaron y compartieron el Evangelio tal como se hacía en los primeros tiempos. El pasaje del Evangelio de hoy nos cuenta cómo Jesús viajaba de aldea en aldea con los Doce Apóstoles, María Magdalena, Juana, Susana y otros. No conocemos todos los detalles de su viaje misionero, pero podemos imaginar que ciertamente experimentaron alegrías y peligros a lo largo del camino. Se cuidaron unos a otros y continuaron su trabajo porque sabían lo importante que era. Nuestra Iglesia de hoy no estaría aquí sin el celo de tantos discípulos, especialmente misioneros. Desde los Apóstoles y sus compañeros hasta San Andrés Kim y sus compañeros, tantas personas han servido como levadura para nuestra Iglesia. Han sido fundamentales para que el Evangelio surja en nuestro mundo. Por supuesto, lo hicieron por la gracia de Dios y la generosidad de tantos. Pidamos por intercesión de los santos mártires la gracia que nos ayude a servir de fermento para la Iglesia.
San Andrés Kim Taegon, presbítero y San Pablo Chong Hasang y compañeros, mártires, rueguen por nosotros.
Dios nos bendiga.
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