«Él se le acercó, y tomándola de la mano, la levantó» Marcos 1,31
Hoy nosotros somos llamados a ser esa presencia salvadora de Dios en el mundo. Ha puesto en nuestras manos la misión de dar esperanza y vida a los hombres y mujeres de nuestro tiempo que viven agobiados por el dolor, la pobreza o la injusticia. Ayúdanos Señor a sentirnos enviado por tí a liberar a nuestros hermanos del dolor y el sufrimiento y que seamos capaz de acercarme a los que sufren sin miedo y así ayudarles a salir de esas situaciones de muerte. Amén.
Feliz dominigo.
Dios les bendiga.
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