Domingo de la Segunda Semana de Cuaresma
«Se transfiguró delante de ellos y sus vestidos se volvieron resplandecientes» Mc 9,2-3
Es bueno que en nuestro ejercicio cuaresmal acojamos este estallido de sol y de luz en el rostro y en los vestidos de Jesús. Son un maravilloso icono de la humanidad redimida, porque Sólo si nos dejamos tocar por el Señor, nuestros sentidos serán capaces de ver y de escuchar lo que hay de más bello y gozoso, en Dios, y en los hombres divinizados por Aquel que resucitó entre los muertos.
Feliz domingo!
Dios nos bendiga.
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