Llamados a ofrecer nuestras pequeñas y grandes cosas por el Reino de Dios

Memoria de San Ignacio de Loyola, Presbítero

«Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada les decía» Mateo 13:35

Hoy Jesús nos enseña que con el poder de Dios, grandes cosas pueden surgir de pequeños comienzos. Todos en algún momento hemos sentido que somos demasiado pequeños para ser efectivos o demasiado insignificante para marcar la diferencia, en medio de los problemas que enfrentamos en este mundo que parecen insuperables. Jesús al hablarnos en parábolas nos anima a mirar cómo Dios utilizará cada acto de caridad, cada sacrificio, cada oración, cada palabra amable, cada acto de confianza, cada pequeño esfuerzo de nuestra parte para construir su Reino. En lugar de sentirnos abrumados por los desafíos que tenemos por delante. San Ignacio de Loyola, cuyo memorial celebramos hoy, nos invita a examinar regularmente nuestros días y nuestra conciencia en busca de las pequeñas cosas que construyen nuestra relación con Dios o que socavan esa confianza. Comprendió que, en la mayoría de los casos, son pequeños actos, como una semilla de mostaza, los que pueden florecer en una fe verde que acoge al Espíritu Santo para que more en sus ramas. Pero también es en los pequeños momentos cuando nuestra relación con Dios sufre a menudo los peores daños. Pidamos la gracia de hacer nuestra parte y permitir que Dios haga crecer su Reino en nosotros y este mundo a partir de estas acciones, sin importar su tamaño.
San Ignacio de Loyola, ruega por nosotros.

Dios nos bendiga.