domingo, 30 de junio de 2024

Llamados a acercarnos al Señor con humildad y fe

Domingo de la Decimotercera Semana del Tiempo Ordinario

«¡Talitá, kum!, que significa: ¡Óyeme, niña, levántate!» Mateo 5,41 

Hoy somos invitados a acercarnos al Señor con humildad y fe. El Evangelio de hoy nos presenta dos milagros unidos por la fe. La Mujer enferma tenía fe que la santidad de Jesús la haría pura y la sanaría y Jairo reconoció que Jesús era superior a él y tenía fe que Jesús podía sanar a su hija y devolverle la vida y esto es lo que sucedió. Pidamos hoy la gracia de acercarnos a Jesús con fe y humildad sabiendo que él hará lo que le pidamos, según lo que en verdad el Señor sabe que necesitamos. Amén

Dios nos bendiga.




sábado, 29 de junio de 2024

Llamados a ganar el mundo para Jesús

Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo

«Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia» Mateo 16,18

Hoy celebramos la Solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, su testimonio de la resurrección de Cristo fue audaz y fiel y mucha gente llegó a creer en Jesús a través de su predicación y ministerio, incluso nosotros hoy. San Pedro fue discípulo de Jesucristo mientras Jesús estuvo presente en forma humana en la tierra, mientras que Pablo llegó a ser discípulo a través de un encuentro con Cristo resucitado en el camino a Damasco, ambos fueron inherentemente cambiados por su relación con el Señor. Pedro, un pescador que solía meterse el pie en la boca y que a veces no entendía ni creía lo que Jesús hacía, después de Pentecostés se convirtió en un gran evangelista y hacedor de milagros. Hoy nosotros también estamos llamados a ser predicadores audaces del Evangelio como Pedro y Pablo, también hemos recibido el Espíritu Santo para seguir la voluntad de Dios para nuestras vidas como Pedro y Pablo, hoy no lo celebramos esta solemnidad en memoria de estos grandes apóstoles para admirar lo grandes cristianos que fueron; sino más bien para pedir por la intercesión de ellos la gracia de poder imitar su celo y amor por Jesús y así rescatar a los que están en esclavitud y ganar el mundo para Jesús en nuestro tiempo, como ellos lo ganaron. ¡San Pedro y San Pablo, rueguen por nosotros!

Dios nos bendiga.

















viernes, 28 de junio de 2024

Llamados a conocer el verdadero mensaje de amor de Cristo

 Memoria de San Ireneo, Obispo y Mártir

«Jesús extendió la mano y lo tocó, diciéndole: Sí quiero, queda curado» Mateo 8,3

Celebrar la memoria de San Irineo nos recuerda que somos una Iglesia apostólica. Nuestra fe proviene directamente de lo que Jesús enseñó y de lo que los Apóstoles llevaron adelante después de su ascensión al cielo. San Ireneo nos ha ayudado a saber lo que Jesús enseñó, también a proteger a la Iglesia de errores o herejías que podrían haberla descarriado desde el principio. San Ireneo fue discípulo de San Policarpo quien fue discípulo de San Juan Apóstol y es por eso que la obra de San Ireneo tiene su fuente directamente en quienes conocieron a los Apóstoles y a Jesús. Hoy escuchamos a Jesús exigirle a un leproso después de ser curado que no le contara a nadie sobre el milagro excepto al sacerdote, porque Jesús sabía que las palabras correctas dichas a las personas equivocadas podrían terminar en malentendidos, malas interpretaciones o errores, pero además tenemos al Espíritu Santo protegiéndonos de errores graves en el oficio de enseñar de la Iglesia, San Ireneo fue uno de los primeros transmisores del mensaje de Cristo al resto del mundo. Pidamos por intercesión de San Ireneo la gracia de ser agradecidos por los hombres y mujeres que han servido fielmente a Dios a lo largo de los siglos, inspirados por el Espíritu Santo y ayudando a garantizar que nuestra Iglesia siga siendo fiel a las enseñanzas de Jesús y los apóstoles. San Ireneo, ruega por nosotros.

Dios nos bendiga.





jueves, 27 de junio de 2024

Llamdos a orar y trabajar con prudencia para alcanzar la salvacion

Memoria Opcional de San Cirilo de Alejandría

«Se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca» Mateo 7,24

Hoy Jesús nos recuerda que la oración es esencial para conocer la voluntad del Padre. Ora y trabajar es esencial para la mayoría de comunidades monásticas, en el Evangelio de hoy Jesús enseña que la oración y el trabajo son elementos necesarios en la vida de todo el que quiera seguirlo. Como discípulos del Señor debemos estar dispuestos a hacer la voluntad de nuestro Padre celestial y esto implica algo de trabajo, pero no se trata de cualquier trabajo cualquiera, ya que debe estar alineado a la voluntad de Dios para nosotros y llegamos a conocer la voluntad de Dios al pasar tiempo en oración. Como discípulos del Señor también estamos llamados a ser sabios y esa sabiduría la encontramos en las Sagradas Escrituras, en la oración personal y la liturgia. Aunque nosotros no somos monjes y debemos. Pidamos por la intercesión de san Cirilo de Alejandría la gracia de ser prudentes para encontrar el equilibrio entre nuestra vida de oración y laborar y así ser bendecidos abundantemente y alcanzar la salvación.
San Cirilo de Alejandría, ruega por nosotros.

Dios nos bendiga.




miércoles, 26 de junio de 2024

Llamados a dar buenos frutos de salvación

Miércoles de la Duodécima Semana del Tiempo Ordinario

«Todo árbol bueno da frutos buenos» Mateo 7,17

Hoy Jesús nos advierte contra caer presos de los males de este mundo. Sabemos que no todos en este mundo tienen buenas intenciones en sus acciones, pero no podemos permitir que este conocimiento sacuda nuestra fe o nos haga dudar del Señor y de la bondad de la humanidad, el Señor nos hizo a todos a su imagen, por eso sabemos que hay personas buenas en este mundo y nosotros queremos ser parte esas personas buenas, esos buenos árboles que den buenos frutos. Pidamos la gracia de ser productivos en la fe, dando buenos frutos y compartiendo esos frutos con los demás, ya que la salvación es un regalo y un tesoro especial que debemos compartir con los demás si queremos experimentar verdaderamente su plenitud. Amén

Dios nos bendiga.




martes, 25 de junio de 2024

Llamados a entrar por la puerta estrecha de la salvación

 Martes de la Duodécima Semana del Tiempo Ordinario

«¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la vida!» Lucas 7,14

Jesús nos da poder para hacer con los demás lo que nos gustaría que hicieran con nosotros. El Evangelio de hoy nos presenta dos caminos que podemos tomar como uno que conduce a la vida y el otro a la destrucción, el camino cuesta abajo, o en términos de Jesús, el camino ancho, es fácil, además nos recuerda que través de la puerta estrecha se ve otra imagen del camino cuesta arriba, que es mucho más duro, aunque todos deberíamos saber, reflexionando sobre nuestras propias experiencias de vida, cuál dará el fruto de la vida, el camino fácil todavía puede tentarnos. Pidamos la gracia de siempre estar enfocados en el Señor siguiendo la Regla de Oro que él nos ofrece y sobre todo para elegir nuestra dirección, a través de la puerta estrecha que nos conduce a la vida. Amén

Dios nos bendiga.





lunes, 24 de junio de 2024

Llamados a seguir el ejemplo de Juan el Bautista

Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista

«Él pidió una tablilla y escribió: Juan es su nombre» Lucas 1,63

Hoy celebramos la fiesta de Juan Bautista quien fue contemporáneo de Jesús. De hecho, eran primos segundos y se conocieron mientras estaban en el útero de sus madres. Juan ganó muchos seguidores a través de su ministerio religioso, que pedía arrepentimiento, y bautizó a innumerables personas en el río Jordán, sin embargo, la misión de Juan era profética y no se trataba de él mismo, siempre señaló más allá de sí mismo, hacia el Cordero de Dios. En la segunda lectura de hoy les habla a sus seguidores acerca de Jesús, diciendo: He aquí uno viene detrás de mí; No soy digno de desatar las sandalias de sus pies. Con gran humildad, Juan conoció y desempeñó su papel: allanar el camino a Jesús, la palabra de salvación. ¿Podemos vernos a nosotros mismos en esta historia de salvación? No somos meros observadores o lectores del drama, como si se completara durante el ministerio de Jesús. Como Isaías y Juan, somos participantes en un viaje continuo y nuestro papel es señalar a Jesús. En la Eucaristía de hoy somos nutridos por el cuerpo del Señor para ser fortalecidos para nuestra tarea. Con este alimento, ocupamos nuestro lugar en la redención creativa de Dios, como Juan el Bautista, no nos señalamos a nosotros mismos, sino a Jesús. ¡San Juan Bautista, ruega por nosotros!

Dios nos bendiga.





 





sábado, 22 de junio de 2024

Llamdos a confiar en que Dios sabe lo que necesitamos

Memoria de los Mártires San Juan Fisher, obispo, y Santo Tomás Moro

«No se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá ya sus propias preocupaciones» Mateo 6,33

Hoy Jesús nos invita a confiar en que Dios sabe lo que necesitamos. Como cristianos si creemos que Dios es quien dice ser, entonces Dios está consciente de todas las cosas en nuestras vidas. Nada se le oculta, Él es más grande incluso que nuestro mayor problema. Quizás sea más fácil confiar en Dios cuando las cosas van bien, y no tan fácil mantener esa fe en su poder omnisciente y omnisciente cuando las cosas se ven sombrías, es en estos tiempos difíciles que debemos confiar en que Dios sabe lo que necesitamos y nos guiará hacia lo que sea mejor para nosotros. Hoy debemos seguir el ejemplo de los santos mártires Juan Fisher Y Tomás More y tener el corazón y la mente para aceptar los tiempos difíciles como parte del plan bueno y amoroso de Dios. Pidamos por la intercesión de los mártires la gracia de esforcémonos por entregar nuestro día cada mañana a la voluntad de Dios para nosotros, y confiemos en su eterno amor y bondad. Santos Mártires Juan Fisher y Tomás More, rueguen por nosotros.

Dios nos bendiga.





viernes, 21 de junio de 2024

Llamados a aspirar a los bienes y tesoros celestiales

Memoria de San Luis Gonzaga, Religioso

«Más bien acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho los destruyen» Mateo 6,20 

Jesús nos invita a darle valor a lo que realmente es importante, lo que nos ayuda a alcanzar la eternidad. Como cristianos no podemos poner nuestro corazón únicamente en el poder, los bienes y los honores terrenales, alejado del servicio y la glorificación que debemos a Dios, porque las cosas de este mundo nos decepcionarán y nos llevarán a la ruina, tanto temporal como eternamente. Como discípulos de Cristo debemos aspirar a los bienes y tesoros celestiales para dar gloria a Dios ya que esos bienes son inmunes al robo y la corrupción y nos darán gozo por toda la eternidad. Pidamos por intercesión de San Luis Gonzaga la gracia de dar buen uso a los bienes terrenales siempre teniendo en mente la gloria de Dios y nuestra santidad, porque él nos ha dado todo lo que tenemos y por lo tanto, todo lo que tenemos y somos se debe únicamente a su amor, misericordia y gracia. San Luis Gonzaga, ruega por nosotros.

Dios nos bendiga.




jueves, 20 de junio de 2024

Llamados a orar con humildad y confianza a Dios Padre

Jueves de la Undécima Semana del Tiempo Ordinario

«El Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan» Mateo 6,8

Jesús hoy nos invita a ser humildes y confiar en Dios. Jesús enseño a sus discípulos la oración del Padrenuestro, en la que alabamos a Dios por quién es y le pedimos con la confianza de un niño aquello que necesitamos de nuestro Padre Celestial, pero sobre todo orar por lo que es mejor para nosotros, incluso si no sabemos qué es, o no tenemos las palabras para decirlo. Ya que cuando entramos en oración y cambiamos nuestro enfoque hacia Dios, como en el Padrenuestro, salimos de nosotros mismos en humilde obediencia a la voluntad de Dios para nuestras vidas. Pidamos hoy la gracia de acudir al Señor en humilde obediencia en oración, poniendo nuestra confianza en él para que él provea para nuestras necesidades y nos dé la gracia de alejarnos del mal. Amén

Dios nos bendiga.




miércoles, 19 de junio de 2024

Llamados a amar a Dios y darle la gloria que le corresponde

Miércoles de la Undécima Semana del Tiempo Ordinario

«Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean» Mateo 6,1

Hoy Jesús nos da una profunda lección de humildad, a cuidarnos de hacer obras de justicia para que la gente nos vea, a hacer las cosas porque son buenas y correctas, no por ningún reconocimiento o recompensa por hacerlas. Hoy Jesús nos llama a una vida de ayuno, limosna y oración por el bien de esas cosas en sí mismas y por el bien del mundo al que ayudan nuestras oraciones, ya que una oración tranquila pero ferviente, sincera en intención y expresión, es una señal de integridad y humildad, no se hace por vanagloria sino por amor, andar presumiendo piedad es un signo de hipocresía, donde la apariencia de amor por el otro es el bien supremo, recordemos que Dios ve todas nuestras acciones, incluso aquellas que se realizan en nuestro corazón o fuera del centro de atención, no tenemos que “ganarnos” nuestro camino hacia el corazón de Dios; ya estamos allí, porque Dios nos ama incluso sin las acciones justas, porque Dios se deleita en la intimidad que le ofrecemos cuando realizamos actos tranquilos de oración, ayuno y limosna. Pidamos hoy la gracia de pensar y actuar no con el deseo de ser vistos, conocidos, amados y alabados por el mundo, sino desde el deseo de amar a Dios y darle la gloria que le corresponde. Amén

Dios nos bendiga.





martes, 18 de junio de 2024

Llamados a amar a los demás como el Señor nos ama

Martes de la Undécima Semana del Tiempo Ordinario

«Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto» Mateo 5,48

Hoy Jesús nos invita a amar a los demás como nuestro Padre celestial nos ama a nosotros. Como cristianos no amamos a nuestros enemigos porque es fácil, ya que si fuera fácil, todos lo harían, los amamos porque elegimos la salud espiritual y la santidad. Amar a los demás es una elección y como discípulos de Cristo debemos hacer realidad este desafío, eligiendo a alguien que sea difícil de amar, quizás sea un miembro de la familia o alguien que no conocemos personalmente pero con cuyas acciones no estamos de acuerdo, luego ora por esa persona todos los días, pero no oremos para que esa persona cambie como nosotros queremos que cambie, en lugar de eso, oremos por su bienestar, para que sean sanados de cualquier cosa que los haya herido y para que su día esté lleno de alegría. Pidamos hoy la gracia de amar a los demás como nuestro Padre celestial nos ama a nosotros. Amén

Dios nos bendiga.









lunes, 17 de junio de 2024

Llamados a compartir con los demás lo que tenemos

Lunes de la Undécima Semana del Tiempo Ordinario

«Al que te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda» Mateo 5,42

Hoy Jesús nos invita a sólo tomar lo que sea necesario para recorrer el camino hacia Dios. El Evangelio de hoy Jesús nos invita a practicar el desapego de las cosas compartiendo lo que tenemos con aquellos que necesitan algo de nosotros, porque el desapego reconoce el valor de lo que poseemos, pero también antepone la dignidad de nuestras hermanas y hermanos, por delante de nuestras propias necesidades, es esta actitud la que nos impide dar la espalda a las necesidades de los demás. Como bautizados, siempre debemos tener presente que estamos en un viaje hacia Dios y la plenitud de la vida en el cielo, es por lo que nosotros, los fieles, hemos hecho por los menos afortunados que Jesús nos reconocerá como sus elegidos. Debemos abstenernos de centrarnos en las cosas terrenales y la acumulación de ellas, porque palidecen en comparación con lo que nos espera en el cielo, no podemos estar tan apegados a lo que tenemos que no podamos ayudar a mejorar las vidas de los demás. Pidamos la gracia de reconocer que todo lo tenemos proviene del Señor y compartirlo con los demás. Amén

Dios nos bendiga.




domingo, 16 de junio de 2024

Llamados a hacer crecer el reino de Dios entre nosotros

Undécimo Domingo del Tiempo Ordinario

“La tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas.” – Mc 4,26-34


Hermanos y hermanas: Nuestras lecturas de hoy hablan sobre el reino de Dios: cómo se establece, cómo crece y cómo alcanzará su realización. En la primera lectura, Ezequiel usa la imagen de un cedro plantado en la cima de una montaña para profetizar que Dios restaurará a Israel bajo un nuevo rey del linaje de David. Sabemos que Jesús es este nuevo rey, el tan esperado Mesías de Israel. Pero su reino no es la dinastía política que el pueblo esperaba. Jesús vino a proclamar el reino de Dios.

En el Evangelio, Jesús cuenta dos parábolas sobre el reino de Dios. En el primero, dice que el reino es como un hombre que siembra la semilla en la tierra y aunque no sabe cómo crece, pero si sabe recoger la cosecha en cuanto los frutos están maduros. En la segunda parábola, Jesús compara el reino de Dios con un grano de mostaza. Aunque es una semilla pequeña, crece hasta convertirse en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que hasta los pájaros pueden anidar a su sombra.

En ambas parábolas hay un contraste entre comienzos pequeños o humildes y grandes conclusiones. También hay un elemento de misterio en el proceso de ir desde el principio hasta el final que sugiere una guía divina. La descripción que hace Jesús del hombre que duerme, se levanta y observa cómo sus plantas dan frutos por sí solas no es una descripción precisa de la agricultura. Cualquiera que haya cultivado un huerto en su patio trasero sabe que hay que prepararlo, regarlo y podarlo muy bien antes de que las plantas den frutos, pero el énfasis de la parábola es que Dios es la fuente del crecimiento del reino.

Pero, ¿dónde estamos nosotros en estas lecturas de hoy? Podríamos decir que estamos en algún momento entre la siembra y la cosecha. El nacimiento, la vida, la muerte y la resurrección de Jesús son las semillas que se han plantado y estas semillas se esparcen y se siembran cada vez que escuchamos la palabra de Dios o celebramos los sacramentos. El reino de Dios ya está aquí, pero también sabemos que Cristo vendrá otra vez. Como escribe Pablo en la segunda lectura, todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo.

Hermanos y hermanas: Hasta entonces mientras nos llega el momento de comparecer ante el tribunal de Cristo, caminamos por fe, no por vista, sabiendo que lo que Dios tiene reservado para nosotros es mayor de lo que podamos imaginar. La obra del presente es construir el reino de Dios, confiando en que él proveerá para su crecimiento, incluso cuando no podamos verlo. Hoy somos llamados a hacer el bien y evitar hacer el mal para estar listos cuando llegue el tiempo de la cosecha. Amén  




sábado, 15 de junio de 2024

Llamados a poner en práctica la honestidad y la integridad

Sábado de la Décima Semana del Tiempo Ordinario

«No juren por ninguna razón. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no» Mateo 5,37

En el Evangelio de hoy Jesús establece una nueva norma de integridad para que sus fieles cumplan la ley de Dios. Hoy Jesús aconseja a sus oyentes que no juraran nunca, porque su honradez debía ser tal que no necesitarían invocar el nombre de Dios. Jesús nos dio esta nueva ley anticipándose a la transformación que se produce cuando las personas experimentan la salvación y la nueva vida del Espíritu Santo, cuando los creyentes viven de acuerdo con la muerte y la resurrección de Cristo, su conducta debe cambiar radicalmente para que sus actos sean un reflejo de Jesús mismo, lo que hablamos y hacemos debe evidenciar nuestra honestidad en toda circunstancia que vivamos. La honradez y la integridad son dos cualidades que se esperan que demuestren todos los que profesan la fe en Jesucristo. Pidamos hoy la gracia de que las actitudes y la conducta que demostramos, revelen la veracidad de nuestra fe en Jesucristo especialmente delante de las personas con las que convivimos a diario, ya que si siempre actuamos con honestidad y fidelidad poniendo en práctica las normas del Evangelio, daremos señales a aquellos que no creen de que Cristo está realmente vivo entre nosotros y en la Iglesia. Amén 

Dios nos bendiga.




viernes, 14 de junio de 2024

Llamados a crecer en el amor verdadero de Dios

Viernes de la Décima Semana del Tiempo Ordinario

«Y si tu mano derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela» Mateo 5,30

Hoy Jesús nos llama a buscar crecer en el amor verdadero arrepintiéndonos de nuestros pecados. El pecado es un fracaso del amor y es por eso que las palabras de Jesús en el Evangelio de hoy nos impulsan a considerar la raíz de cualquier pecado y preguntarnos si nuestras acciones son el fruto del verdadero amor a Dios y al prójimo o el producto de nuestros instintos más bajos. Hoy Jesús quiere que tomemos estos pecados en serio y hagamos todos los sacrificios que debamos para ponerles fin. Pidamos hoy la gracia de reconocer que Jesús siempre está dispuesto a ayudarnos en el sacramento de la reconciliación y la Eucaristía para ayudarnos a crecer en el amor verdadero que hará que el pecado sea impensable. Amén

Dios nos bendiga.




jueves, 13 de junio de 2024

Llamados a compartir el amor incondicional de Dios con los demás

 Memoria de San Antonio de Padua, Presbítero y Doctor de la Iglesia

«Ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda» Mateo 5,24

Hoy Jesús nos está enseñando que obedecer el quinto mandamiento requiere una forma completamente nueva de ver nuestra relación con Dios y los demás. El mandamiento “No matarás” implica respetar plenamente la dignidad de todas las personas en el mundo y estando atentos a la protección de la vida, especialmente en nuestro propio corazón. Jesús nos advirtiendo que no se deben albergar sentimientos de ira, resentimiento o venganza, aunque no es difícil evitar estos sentimientos ya que es tentador sentirnos superiores y justos, aun si tenemos razón, y a veces estos sentimientos se convierten en una trampa, una obsesión, que nos mantiene encerrados en una actitud espiritual poco saludable. Pidamos hoy la gracia de compartir el amor incondicional que Dios tiene por nosotros a otras personas así como lo hizo San Antonio y ser imagen de Dios para otras personas, incluso cuando sea difícil
¡San Antonio de Padua, ruega por nosotros!

Dios nos bendiga.




miércoles, 12 de junio de 2024

Llamados a a mantener nuestros ojos fijos ante todo en el Señor

Miércoles de la Décima Semana del Tiempo Ordinario

«No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud» Mateo 5,17

Estamos llamados a ser grandes, no según los estándares mundanos sino según los estándares del reino de Dios. El mandamiento de adorar a Dios, de amar a Dios sobre todas las cosas, no ha sido reemplazado por ningún otro, la revelación de los misterios de la Encarnación, la pasión, muerte y resurrección de Jesús y de la venida del Espíritu Santo, nos han dado una comprensión más profunda de quién es Dios, la profundidad de su amor por nosotros y la misericordia que tiene se ha derramado generosamente sobre nosotros. A pesar de todo lo que Dios ha hecho por nosotros y continúa haciendo a través de la gracia de los sacramentos, todavía somos tentados por los mismos ojos extraviados y esperanzas fuera de lugar que llevaron a los israelitas a adoptar las prácticas de aquellos que no conocían a Dios. Cuando miramos a nuestro alrededor y vemos personas que tienen éxito según los estándares mundanos ricos, famosos, influyentes, que disfrutan de lo que parece una vida buena y cómoda, ¿qué hay de malo en esforzarse por lograr incluso una pequeña medida de esto para nosotros o para nuestros hijos? Quizás nada. Pero el éxito mundano no es la meta que el Señor nos propone. Más bien, el Señor nos llama a tener una mentalidad diferente, a vivir según un estándar diferente, estamos llamados a ser grandes no según los estándares mundanos, sino según los estándares del reino de Dios. Hoy estamos llamados a mantener nuestros ojos fijos ante todo en el Señor. Cualquier otro tipo de éxito que se nos presente puede ser maravilloso, pero no si nos desvía de amar y servir a Dios. Amén

Dios nos bendiga




martes, 11 de junio de 2024

Llamados a a hacer la obra de Dios en el mundo

Memoria de san Bernabé, Apóstol

«Ustedes son la sal de la tierra» Mateo 5,13

Hoy escuchamos a Jesús señalar tres cosas. Primero, sois la sal de la tierra. Segundo, ustedes son la luz del mundo. Y tercero, una ciudad asentada sobre una montaña no se puede ocultar. Estos tres ejemplos implican existir no para uno mismo sino para los demás. Primero, Jesús dice, Ustedes son la sal de la tierra. La sal no existe por sí misma; más bien existe para darle sabor a la comida que se le pone. La sal es una forma de conservar la carne. También se usó sal para asegurarse de que nada creciera en un lugar en particular. Se utiliza para realzar, preservar y destruir. Segundo, Jesús dice: Vosotros sois la luz del mundo. La luz es aquello por lo que vemos otras cosas. Es un medio de iluminación y hace visibles otras cosas. Finalmente, una ciudad asentada sobre una montaña no se puede ocultar. Así se navegaba la gente. Sin una ciudad en una colina que les diera una idea de ubicación y dirección, la gente no habría sabido a dónde se dirigían. Jesús nos dice en estas tres imágenes que si lo seguimos, nuestras vidas son para los demás. Debemos ser sal que realza y preserva a los demás, mejorando las cosas donde podamos e impidiendo que crezcan cosas como el pecado. Debemos ser luz, ayudando a iluminar las formas en que Dios se ha revelado al mundo. Y estamos llamados a ser la ciudad sobre una colina, viviendo vidas abnegadas con y por los demás, señalándoles una relación con Jesús que los llevará a la vida eterna. Dado que estamos destinados a vivir nuestras vidas no sólo para nosotros mismos sino también para los demás, debemos ser diligentes en crecer en nuestra propia vida espiritual y relación con Jesús para poder compartirlo con los demás. Pidamos por intercesión de San Bernabé la gracia de reconocer que por el bautismo hemos sido apartados del mundo para la obra a la que Dios nos ha llamado. San Bernabé, Apóstol, ruega por nosotros.

Dios nos bendiga.





lunes, 10 de junio de 2024

Llamados a ser bienaventurados

 Lunes de la Décima Semana del Tiempo Ordinario


«Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos» Mateo 5,3

Hoy Jesús pronuncia bendiciones sobre los mansos, los que lloran, los pacificadores y muchos más. Las bienaventuranza son diciones que se dan gratuitamente, pero sólo pueden ser recibidas por quienes tienen la disposición adecuada para recibirlas y cooperan con la gracia de Dios para que les permita crecer y ser transformados para el Reino, sólo así pueden ser bienaventurados aquellos a quienes Jesús nombra como los mansos, los que lloran, los pacificadores y los limpios de corazón. Todos nosotros, en algún momento, tenemos una, si no más, de estas disposiciones, como bautizados debemos participar de la gracia de Dios y estar unidos a Jesús que nos llama a ser bienaventurados. Que en medio de los desafíos que vivimos a diario la gracia de la presencia del Señor en su palabra y los sacramentos nos animen a perseverar dando testimonio de nuestra fe. Pidamos hoy la gracia de ser conscientes del llamado que hemos recibido a ser bienaventurados aunque el mundo nos diga lo contrario. Amén

Dios nos bendiga.



viernes, 7 de junio de 2024

Llamados a configurar nuestro corazóm con el Sagrado Corazón de Jesús

Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús

«Le traspasó el costado con una lanza e inmediatamente salió sangre y agua» Juan 19,34

La solemnidad de hoy, en honor al Sagrado Corazón nos brinda un tiempo especial para centrarnos en el amor de Dios, manifestado en su Hijo unigénito que vive y muere por nuestra salvación. Jesús se hizo uno de nosotros y su Sagrado Corazón, que hoy honramos de manera especial, es símbolo de su humanidad y con su muerte en la cruz Jesús lavó nuestros pecados, el agua y la sangre son las fuerzas vitales que nos ofrece vida eterna con Dios. Al dar gracias por el regalo del Sagrado Corazón de Jesús, Pidamos la gracia de buscar en nuestros propios corazones y ver qué tan bien hemos conformado nuestro corazón al Sagrado Corazón de Jesús. Sagrado Corazon de Jesús, en ti confio

Dios nos bendiga.




jueves, 6 de junio de 2024

Llamados a a llevar ante Dios todo lo que somos, tenemos y necesitamos

Memoria Opcional de San Norberto, Obispo

«No estás lejos del Reino de Dios» Marcos 12,34

Hoy Jesús nos invita a llevar ante Dios todo lo que somos, todo lo que tenemos y todo lo que necesitamos. En el encuentro de Jesús con los escriba, el intercambio tiene un tono conversacional, y Jesús de hecho felicita al escriba al final, como acabamos de escuchar. Entonces es interesante escuchar al final del Evangelio de hoy que nadie se atrevió a hacerle más preguntas a Jesús debido a que habló con gran autoridad. Pero eso sí, nunca debemos temer a preguntarle algo a Jesús, porque él mismo nos anima en ocasiones a pedirle cosas a Dios, orar por nosotros mismos y unos por otros, ya que la oración también ayuda cuando simplemente necesitamos claridad sobre lo que sea que esté sucediendo en nuestras vidas, especialmente cuando es difícil ver el panorama más amplio que sabemos que es visible para Dios. Pidamos hoy por la intercesión de San Norberto la gracia de atrevernos a llevar ante Dios todo lo que somos, todo lo que tenemos y todo lo que necesitamos, atrevernos a ser vulnerable con nuestro corazón y nuestras preguntas, atrevernos a estar abierto a cómo la palabra de Dios puede cambiarnos, ya que solo acercándonos, con seguridad y confianza es como nos encontramos cada vez más cerca del Reino de Dios. San Norberto, ruega por nosotros.

Dios nos bendiga.




miércoles, 5 de junio de 2024

Llamados a dejar que nuestra fe en Dios lo transfrome todo

 Memoria de San Bonifacio, Obispo y Mártir

«Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Están» Marcos 12,27

Hoy Jesús nos recuerda que el amor de Dios cambia y transforma todo. La verdad sobre Dios siempre es más grande que nuestra imaginación o nuestras categorías, porque Dios siempre trasciende lo que podamos pensar, ya que para él todos estamos vivos, y el no reconocer este hecho es el error que cometen los saduceos en el evangelio de hoy pensando que la resurrección de la habla Jesús será simplemente como la vida es ahora, con todas las leyes y limitaciones. Hoy Dios quiere transformar nuestras vidas a partir de nuestra creencia y esperanza en la Resurrección en lo que vivimos a diario sea bueno o malo. Pidamos la gracia que el testimonio de los mártires nos animen a dejar que Dios transforme todo lo que vivimos para su gloria y la salvación de nuestra alma. San Bonifacio, ruega por nosotros.

Dios nos bendiga.





martes, 4 de junio de 2024

Llamados a reconocer que nada hay más grande que Dios

 Martes de la Novena Semana del Tiempo Ordinario

«Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”. Y los dejó admirados» Marcos 12,17

Hoy Jesús nos recuerda que todas las cosas de este mundo pueden usarse para la gloria y el propósito de Dios. En el evangelio de hoy, los fariseos y la gente de la corte del rey Herodes se acercaron a Jesús con alabanzas y elogios, pero su verdadero motivo era deshonrarlo, esperaban obligarlo a ponerse del lado del imperio romano o a adoptar una postura contra él, cualquiera de las dos respuestas habría sido problemática para Jesús, por eso al sentir su hipocresía, la respuesta de Jesús no apoyó plenamente al imperio, pero tampoco lo rechazó por completo. Quizás ésta era la tensión cognitiva que Jesús estaba tratando de abordar, después de todo, él no vino a condenar al mundo sino a salvarlo, y todas las cosas de este mundo pueden usarse para la gloria y el propósito de Dios, somos responsables del don de la creación y se nos ha ordenado que seamos buenos administradores de ella y si bien lo que se debe al César parece estar circunscrito a lo que contiene su imagen –las monedas–, lo que se debe a Dios es también lo que contiene su imagen, y eso es todo. Donde existen límites y limitaciones humanos, Dios no los tiene. Los fariseos y los demás intentaban atrapar a Jesús para que respondiera incorrectamente una pregunta sobre los impuestos, pero el intercambio es más que eso, la respuesta de Jesús expresa una especie de legitimidad de ley natural para el gobierno, pero sólo como ejemplo de algo más grande, todo lo que existe dentro de la creación es porque Dios lo quiere (o lo permite), por lo tanto, cada responsabilidad que asumimos o cumplimos debe verse a la luz de eso. Pidamos la gracia de reconocer que por muy grande e importante que nos parezca algo, Dios es más grande y más digno de lo que tenemos para dar. Amén

Dios nos bendiga.





lunes, 3 de junio de 2024

Llamados a ser buenos administrdores de los dones del Señor

Memoria de San Carlos Lwanga y compañeros, Mártires

«La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular» Marcos 12,10

Hoy Jesús nos invita a dar buen uso a los regalos que Dios nos ha dado. Muchos pueden reconocer en la parábola del Evangelio de hoy que Dios es el dueño de la viña, quien envía mensajero tras mensajero, profeta tras profeta, que son rechazados. Envía a su Hijo amado, que es asesinado. Los arrendatarios son las autoridades religiosas que rechazan a Jesús y al Dios que lo envió. Pero hoy se nos invita a pensar en la viña  como los regalos que Dios nos da, regalos podrían ser nuestra salud, nuestra familia, nuestros hogares, nuestra educación o nuestros talentos. No nos pertenecen, sino que son de Dios y deben usarse para hacer crecer la viña, para producir frutos. Tan pronto como consideramos que estos dones nos pertenecen a nosotros mismos, tan pronto como tratamos de poseerlos, de poseerlos aparte de Dios, nos volvemos como los agricultores arrendatarios que reclaman tierras que no les pertenecen, que hacen todo lo que pueden. controlar lo que no es suyo. Pidamos por la intercesión de los santos mártires que podamos reconocer que somos administradores, no propietarios. Somos inquilinos, aquí por un tiempo en esta tierra, para usar los dones que Dios nos ha dado para producir frutos para su mundo.
San Carlos Lwanga y compañeros mártires, rueguen por nosotros.

Dios nos bendiga.





domingo, 2 de junio de 2024

Llamados a ser una bendición para todos

Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi)
“Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, que se derrama por todos.” – Mc 14, 12-26

Hermanos y hermanas: El evangelio de hoy narra la Última Cena con Jesús y sus discípulos. Aunque estamos familiarizados con esta historia, hay un detalle en el que podemos centrarnos hoy. Mientras Jesús está a la mesa con sus discípulos, toma la copa y la describe como mi sangre de la alianza. Pacto es un término único en nuestro lenguaje religioso y que no solemos encontrar en nuestra vida diaria. Significa un acuerdo santo entre nosotros y Dios. También arroja luz sobre quiénes somos como pueblo de Dios.

Hermanos y hermanas: Moisés era el líder del pueblo del primer pacto. Atados a Dios en amor y adoración, eran sus elegidos; él era su Dios. Hoy escuchamos proclamar que Moisés estaba siguiendo la palabra del Señor. Para sellar su compromiso con la alianza, sacrifica novillos y utiliza su sangre. Esta fue una acción seria que demostró un compromiso inquebrantable. Sabemos cuán trascendentales fueron Moisés y este momento en la historia de la salvación del pueblo de Israel.

Hermanos y hermanas: Y, sin embargo, Jesús va mucho más allá de este sacrificio. En la Última Cena toma el pan y la copa, los bendice y se los entrega a sus discípulos. Proclama que este es el nuevo pacto. Como fue proclamado en nuestra segunda lectura: Por esto es mediador de un nuevo pacto: puesto que hubo muerte para liberación de las transgresiones bajo el primer pacto, los que sean llamados podrán recibir la herencia eterna prometida. Este es el nuevo acuerdo santo entre nosotros y Dios. Esto es lo que nos define como pueblo de Dios. Esto es lo que recordamos y por lo que damos gracias en cada celebración de la Misa.

Hermanos y hermanas: Mientras celebramos el Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, reflexionemos sobre cómo define quiénes somos. No se trata sólo del sacrificio de la Misa en el que participamos los domingos, sino que impregna todo nuestro ser, todo lo que somos... Somos un pueblo eucarístico. Somos un pueblo que da gracias por las abundantes bendiciones que Dios nos ha dado, especialmente la salvación ganada por su Hijo. Recordamos su sacrificio y lo usamos para guiarnos en cómo vivimos en el mundo, en la familia y comunidad. La forma en que nos vemos a nosotros mismos y cómo tratamos a los demás tiene sus raíces en nuestra creencia de que Dios nos ama tanto que sacrificó a su único Hijo. Su Hijo participó voluntariamente en el sacrificio para que podamos ser parte de su reino eterno.

Hermanos y hermanas: En unos momentos, nos reuniremos una vez más alrededor de la mesa, escuchando las palabras que Jesús pronunció por primera vez en la Última Cena. Oremos por la gracia de crecer en la comprensión de la Eucaristía y de nosotros mismos. Somos un pueblo al que Dios dio   su único Hijo para salvarlo. Somos un pueblo llamado a ser de bendición para todos. Cada vez que celebramos la Eucaristía, recordamos y damos gracias por la nueva alianza que Jesús estableció con nosotros. Amén




sábado, 1 de junio de 2024

Llamados a vivir en la libertad y la santidad de autoridad de Jesús

Memorial de San Justino, Mártir

«Pues tampoco yo les diré con qué autoridad hago todo esto» Marcos 11,33

Hoy Jesús nos recuerda que en él tenemos la libertad de convertirnos en santos. Hoy es la fiesta de San Justino Mártir, uno de los primeros estudiosos de la Iglesia, llegó al cristianismo a través del don de la fe y de la razón, había estudiado y practicado innumerables filosofías, pero descubrió que todas ellas carecían de su capacidad para responder a las preguntas más profundas de la vida, en Cristo encontró la verdad y el cumplimiento de la verdad, fue asesinado por desafiar a los gobernantes romanos y negarse a adorar a sus dioses paganos. Muchos de nuestros santos conocidos, y multitudes de santos desconocidos, tienen historias similares a la de Justino. Justino recibió y aceptó una ofrenda del don de la fe y siguió una vida de santidad como nuestro bautismo nos llama a hacerlo, todos los días el Señor nos ofrece la oportunidad de seguirlo a través de una vida de santidad. En el Evangelio de hoy los lideres religiosos del tiempo de Jesús tenían problemas con su autoridad, pero nosotros hoy a diferencia de ellos encontramos libertad en la autoridad de Jesús. Pidamos hoy la gracia de seguir el ejemplo de los santos mártires dejándonos redimir por Cristo quien ha hecho posible que seamos santos que lleguemos a ser santos, es verdad que no siempre será fácil, pero será hermoso. San Justino, mártir, ruega por nosotros.

Dios nos bendiga.