Lunes de la Décima Semana del Tiempo Ordinario
«Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos» Mateo 5,3
Hoy Jesús pronuncia bendiciones sobre los mansos, los que lloran, los pacificadores y muchos más. Las bienaventuranza son diciones que se dan gratuitamente, pero sólo pueden ser recibidas por quienes tienen la disposición adecuada para recibirlas y cooperan con la gracia de Dios para que les permita crecer y ser transformados para el Reino, sólo así pueden ser bienaventurados aquellos a quienes Jesús nombra como los mansos, los que lloran, los pacificadores y los limpios de corazón. Todos nosotros, en algún momento, tenemos una, si no más, de estas disposiciones, como bautizados debemos participar de la gracia de Dios y estar unidos a Jesús que nos llama a ser bienaventurados. Que en medio de los desafíos que vivimos a diario la gracia de la presencia del Señor en su palabra y los sacramentos nos animen a perseverar dando testimonio de nuestra fe. Pidamos hoy la gracia de ser conscientes del llamado que hemos recibido a ser bienaventurados aunque el mundo nos diga lo contrario. Amén
Dios nos bendiga.
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