jueves, 31 de octubre de 2024

Llamados a colaborar con la obra salvadora de Jesús

 Jueves de la trigésima semana del Tiempo Ordinario

«¡Jerusalén, Jerusalén, que matas y apedreas a los profetas que Dios te envía!» Lucas 13,34

Podemos confiar en la ayuda de Dios y en la obra salvadora de Jesús en nuestras luchas diarias. Nosotros sabemos que podemos confiar en Jesús en todo momento, en el Evangelio de hoy, él se dirigió resueltamente a Jerusalén, sabiendo que enfrentaría el sufrimiento y la muerte, Jesús en todo momento habló de cumplir su propósito: sufrir y morir en la cruz y resucitar de entre los muertos para traer la salvación a todos nosotros. Por lo tanto, en la medida en que él ha ganado la batalla principal por nosotros, sin duda podemos confiar en él en tiempos de problemas o tentaciones. Él estará con nosotros en todas nuestras batallas si lo invocamos. Amén

Dios nos bendiga.






martes, 29 de octubre de 2024

Llamados a ser transformados por el reino de Dios

Martes de la trigésima semana del Tiempo Ordinario

«Se parece a la semilla de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció y se convirtió en un arbusto grande» Lucas 13,19 

Dios permite que el reino de Dios eche raíces en nosotros y florezca. El reino de Dios tiene un poder transformador enorme y exponencial, es por eso que si tenemos un papel que desempeñar en el reino de Dios, debemos acoger la invitación y participar en su vida, pero no depende de nosotros. Recordemos que Dios ha proporcionado la semilla de mostaza y ha ofrecido la levadura, solo Dios ha creado los entornos para que prosperen y crezcan. Cuidamos la semilla, amasamos la masa del pan, pero la gracia de Dios las cambia y las renueva desde dentro, conformándolas cada vez más a su forma perfecta y alejándolas de cómo aparecieron por primera vez en el mundo, lo ordinario se convierte en extraordinario. Y si Dios puede hacer eso con una semilla de mostaza y una masa de harina, puede hacerlo con cada uno de nosotros, ya sea que nuestras vidas sean desordenadas o aburridas y nuestras almas blanqueadas o muestren cicatrices, nuestro Padre celestial permite que el reino de Dios eche raíces en nosotros y florezca. Pidamos hoy al Señor la gracia que al servirlo a él y que con nuestras palabras y acciones ayudemos a que el reino crezca en el mundo, no solo en nuestros propios corazones, para que la esperanza se encienda donde antes no la había y si lo hacemos es porque ya hemos sido transformados por Cristo, y es lo que ahora somos. El poder de la transformación... es el reino de Dios. Amén

Dios nos bendiga.




lunes, 28 de octubre de 2024

Llamados a orar siguiendo el ejemplo de Jesús

Fiesta de los Santos Simón y Judas, Apóstoles

«Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios» Lucas 6,12

El Evangelio de hoy nos presenta a Jesús orando en la montaña antes de elegir a sus apóstoles, incluidos los santos Simón y Judas, cuya fiesta celebramos, y con su oración, Jesús ejemplificó la vida santa, obediente y relacional plena que debemos seguir. Jesús es nuestro maestro, nuestro Salvador, nuestro redentor y nuestra piedra angular y a través de Jesús toda la estructura se mantiene unida y crece hasta convertirse en un templo sagrado en el Señor. Jesús es nuestra piedra angular, una piedra clave, una pieza final de arquitectura generalmente piedra que se coloca al construir un arco o una bóveda. Aparte de todas las maravillas arquitectónicas de una piedra angular como metáfora de Cristo y la Iglesia, lo que podemos ver en las Escrituras de hoy es que la pieza que mantiene todo unido, que repara lo que está roto, es Jesucristo, Jesús sufre y muere por nosotros, nos redime y nos reconcilia, y ora, ya que la oracioón es el fundamento de esta vida, de esta Iglesia, de este reino, es el amor, es la relación, es la oración. Incluso Jesús empezó todo con la oración. ¡Qué acto tan profundamente sencillo de seguir!
Santos Simón y Judas, Apóstoles, rueguen por nosotros.

Dios nos bendiga.




jueves, 24 de octubre de 2024

Llamados a seguir a Jesús en medio de nuestros desafíos

Memoria Opcional de San Antonio María Claret, Obispo

«¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división» Lucas 12,51

En el Evangelio de hoy, tenemos una prefiguración de la vida cristiana y el sacrificio que implica. Jesús viene a prender fuego al mundo, con su misericordia, gracia, poder y Espíritu Santo, por eso el mismo Jesús dice, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Jesús anhela el momento en que su pueblo se reconcilie con el Padre a través de él. Pero el mismo Jesús nos advierte que hasta en la familia habrá oposición y divisiones, pero este es el costo del discipulado, esto es lo que está en juego cuando lo damos todo para seguir a Jesús, así como lo hizo San Antonio María Claret. Pero debemos recordar que la paz eterna que Jesús ofrece es real y verdadera, pero el camino hacia ese fin puede llevar a conflictos aquí en la tierra y eso está bien, porque de otra forma sería renunciar al gran don del libre albedrío.  San Antonio María Claret a quien hoy recordamos nos recuerda que la vida cristiana implica sacrificio y sufrimiento y que a través de los costos incurridos obtenemos sólo un atisbo de la verdadera comprensión de qué acto profundamente desinteresado fue la muerte de Jesús en la cruz para que pudiéramos reconciliarnos con Dios Padre, pero Jesús nunca dijo que seguirlo sería fácil, más bien, habla honestamente de los desafíos y promete que las recompensas del cielo serán mucho mayores de lo que podríamos imaginar.
San Antonio María Claret, ruega por nosotros.

Dios nos bendiga.





miércoles, 23 de octubre de 2024

Llamados a comaprtir con los demás lo que Dios nos ha dado

 Memoria Opcional de San Juan de Capistrano, Presbítero

«Al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más» Lucas 12,48

Hoy se nos recuerda que cuanto más nos da Dios, más tenemos para dar a los demás. El amor de Dios lo abarca todo y ese amor creó a la humanidad por amor, y ese amor no ha disminuido, pero ese amor, nos hace responsables de nuestras palabras, acciones y silencios. Es por eso que Jesús nos dice hoy que seremos responsables de cómo utilizamos los recursos, dones y oportunidades que Dios nos ha dado, porque se le pedirá mucho a la persona a quien se le confió mucho, y aún más se le pedirá a la persona a quien se le confió más. Porque nuestro deber y responsabilidad están conectados en primer lugar y sobre todo con el bautismo. Allí recibimos el don del Espíritu Santo y de la fe y por eso tenemos el privilegio de conocer la verdad de las enseñanzas de Jesús, tenemos a nuestra disposición recursos y bienes de este mundo, pero sobre todo tenemos la gracia sacramental, tenemos talentos y habilidades, sufrimientos y experiencias. Debemos recordar que todo esto viene de Dios, y lo que hemos recibido como don lo hemos de utilizar al servicio del reino. Dios siempre toma lo que ofrecemos y lo multiplica, así que ¿qué otra cosa sino el bien puede surgir de emplear para su gloria toda la bondad que hemos recibido de él?
San Juan de Capistrano, ruega por nosotros.

Dios nos bendiga.




viernes, 18 de octubre de 2024

Llamados a ser discípulos que proclaman y vivan la buena nueva

Fiesta de San Lucas, Evangelista

«Pónganse en camino; yo los envío como corderos en medio de lobos» Lucas 10,9

Hoy somos llamados a preparar el camino para Cristo promoviendo la paz y la reconciliación. La Iglesia celebra hoy, la fiesta de san Lucas, el evangelista, en el Evangelio, escuchamos que Jesús envía discípulos a los lugares que planea visitar para preparar el camino. Esta misión adicional de 72 discípulos es única en el Evangelio de Lucas, lo que hace que algunos exegetas bíblicos sugieren que Lucas mismo estaba entre los 72 que recibieron las instrucciones para la misión evangelizadora. Jesús les advirtió que encontrarán con algunas personas o comunidades que serían hostiles a su mensaje. Sin embargo, cuando llegan a una casa, se les dice a los discípulos que los saluden con la paz 'Que la paz reine en esta casa', porque este saludo es una oferta de salvación y aceptar la paz es aceptar el reino de Dios, pero que donde sean bienvenidos, los discípulos deben quedarse y comer y beber lo que se les ponga delante. Deben curar a los enfermos y proclamar la cercanía del reino de Dios. Aunque los discípulos pueden curar enfermedades en nombre de Jesús, esto es sólo una señal de la sanación que está por venir. Sólo Dios puede perdonar los pecados, y es la muerte de Jesús en la cruz la que hará posible nuestra reconciliación con el Padre. Así como los setenta y dos prepararon el camino para que Jesús entrara en pueblos que tal vez no aceptaran su mensaje de paz, la Iglesia está llamada a proclamar el reino de Dios a un mundo que a menudo es hostil a los valores del reino de Dios. Hoy cada bautizado tiene la misma misión de proclamar que el reino de Dios está cerca, primero, debemos hacer las paces con Dios y con los demás, arrancando el pecado de nuestros corazones y haciendo reparación, y luego, como los 72 discípulos entre los que estaba Lucas y nos convertimos en personas de paz y reconciliación, preparando el camino para el reino de Cristo trayendo sanación y esperanza al mundo.
San Lucas Evangelista, ¡ruega por nosotros!


Dios nos bendiga.




miércoles, 16 de octubre de 2024

Llamados a entregar a Dios todo lo que somos

Memoria de Santa Margarita María Alacoque, Virgen

«¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven, sobre los cuales pasa la gente sin darse cuenta!» Lucas 11,44

Hoy recordamos a Santa Margarita María Alacoque a quien debemos la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Las lecturas de hoy nos desafían a comprometernos a seguir la voluntad de Dios. En el Evangelio, Jesús reprende a los fariseos por dos cosas, primero porque ellos obedecen más la letra de la ley de Dios pero ignoran el espíritu de la ley amor y misericordia, y segundo Jesús los critica por su ego y orgullo, por buscar los asientos de honor en la sinagoga y el reconocimientos públicos de los demás, Jesús les recuerda que ellos solo se centran en sus deseos, su comodidad y su voluntad, y no en la voluntad de Dios. Hoy somos llamados a examinar nuestro propio corazón y así poder ver qué partes de nosotros mismos nos resistimos a entregar a Dios y qué aspectos no hemos seguido los mandatos del Señor, en favor de nuestros propios deseos y nuestra comodidad. Al recibir a Jesús, pidámosle la fuerza para dejar de lado nuestra voluntad y permitir que Dios dirija nuestra vida.
Santa Margarita María Alacoque, ¡ruega por nosotros!

Dios les bendiga.




lunes, 14 de octubre de 2024

Llamados a ser un signo fiel de la misericordia del Señor

Lunes de la Vigésima Octava Semana del Tiempo Ordinario

«La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una señal, pero no se le dará más señal que la de Jonás» Lucas 11,29

Nadie sabe cuándo volverá Cristo; nadie sabe cuándo llegará su día de juicio. Para estar preparados para encontrarnos con el Padre, debemos arrepentirnos de nuestras malas acciones y experimentar la misericordia y el perdón de Dios. Nuestra verdadera libertad reside en vivir conforme a Cristo y convertirnos, nosotros mismos, en un “signo” fiel de testimonio para los demás. A través de la confesión y el perdón, nos humillamos y rompemos las cadenas que nos atan a nuestros pecados y podemos experimentar la misericordia de Dios, y es a través de esto que experimentamos la verdadera libertad. Si no podemos arrepentirnos, entonces somos parte de la generación malvada. Es decir, en lugar de preparar nuestros corazones para el Señor, nos quedamos de brazos cruzados en las profundidades del pecado esperando una señal de que Cristo está cerca. Si esperamos una señal, será demasiado tarde. Si queremos experimentar la vida eterna con Cristo, no podemos ser esclavos de este mundo pecador. Debemos dejar de lado el orgullo, la vanidad, la envidia y la ociosidad, y trabajar para preparar nuestra casa para la venida de Jesús. Si siempre estamos en un estado de preparación, entonces estamos viviendo verdaderamente para el Señor y ya estamos experimentando un sabor de libertad al seguirlo y servirlo. Amén.

Dios nos bendiga.





sábado, 12 de octubre de 2024

Llamados a escuchar la palabra de Dios para ser bendecidos

Sábado de la Vigésima Séptima Semana del Tiempo Ordinario

«Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica» Lucas11,28

Hermanos y hermanas: Nuestra breve lectura del Evangelio es de Lucas. Nos transporta al tiempo de Jesús en la tierra, cuando enseñaba y atendía a los necesitados. La multitud se asombró al verlo expulsar demonios. Una mujer declaró con alegría: Bendito el vientre que te llevó. Jesús no niega que nuestra madre María sea bendita, pero informa a la mujer, así como a la multitud, que aquellos que escuchan la palabra de Dios y la guardan también son benditos. Se refiere a todos los creyentes de su tiempo en la tierra, así como a través de los siglos de fe cristiana. Y eso nos incluye a nosotros aquí hoy. Somos parte de la familia de Dios, al igual que lo fueron los israelitas, y al igual que lo fueron sus discípulos y seguidores cuando Jesús caminó en esta tierra. Según el Evangelio de hoy nosotros también somos bendecidos si escuchamos la palabra de Dios y la seguimos, así pues, el encargo que se nos ha encomendado a cada uno de nosotros hoy aquí es el siguiente: estamos escuchando la palabra de Dios ahora mismo y Él quiere que participemos en su salvación para el mundo. La elección, entonces, está en nuestro poder. Si elegimos aceptar todo lo que Jesús enseña, seremos bendecidos, esa es la promesa de Dios. Y tenemos esa elección. Por medio de la fe, somos hijos de Dios. Hoy, animémonos unos a otros a seguir a Jesús aún más de cerca y fielmente que ayer. Las bendiciones son más poderosas de lo que jamás podremos comprender plenamente. Amén.

Dios nos bendiga




jueves, 10 de octubre de 2024

Llamados a tener un sano hábito de oración diaria

 Jueves de la Vigésima Séptima Semana del Tiempo Ordinario

«Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá» Lucas 11,10

Ayer, Jesús nos ofreció el Padre Nuestro como modelo para nuestra oración personal diaria, pero hoy nos anima a ser constantes e insistentes en nuestra forma de orar, sin embargo, a menudo, las personas comparten que no tienen un hábito regular de oración. Es algo que hacen cuando tienen unos momentos libres, o puede ser algo que dicen en una emergencia o una crisis, el estímulo de Jesús para nosotros hoy es que abordemos la oración desde una perspectiva diferente, Jesús nos anima a crear un hábito saludable de oración diaria. Al igual que con los hábitos no saludables, un hábito saludable requiere tiempo y esfuerzo para establecerse y convertirse en algo que esperamos con ansias cada día, por eso debemos perseverar en nuestra oración diaria y en ella pedir lo que en verdad necesitamos, no lo que se deseamos o queremos, Jesús nos recuerda que sabemos cómo hacer esto, damos a nuestros hijos lo que necesitan, no siempre lo que quieren, y ciertamente nada dañino y como dice el viejo refrán, Dios nos dio dos oídos y una boca por una razón, que nuestra oración sea más sobre escuchar la voluntad de Dios y menos sobre nuestros propios deseos y anhelos. Amén

Dios nos bendiga.




miércoles, 9 de octubre de 2024

Llamados a tener una realación de amor con Dios Padre

Memorial de San Dionisio, Obispo y Mártir, y sus Compañeros Mártires

«Jesús les dijo: Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino» Lucas 11:2

Hoy el Señor nos enseña a orar. Jesús nos anima a llamar a Dios “Padre nuestro”. Esta oración es una manera muy personal de relacionarnos con Dios en la que ofrecemos nuestra alabanza al nombre de Dios y pedimos humildemente la venida del reino de Dios, no el nuestro, y en la oración del Señor solo pedimos lo que necesitamos, no lo que queremos, necesitamos el sustento diario y necesitamos el perdón y la misericordia, ofrecidos y recibidos. Aprender a rezar el Padre Nuestro puede ser uno de nuestros primeros recuerdos, porque el Padre Nuestro es una de las primeras oraciones que aprendemos cuando somos niños y es por eso que la oración del Padre Nuestro puede resultarnos tan familiar que podemos rezarla rápidamente, sin prestar mucha atención a las palabras de la oración, o lo que en la oración le pedimos a Dios. Pero esta oración debemos rezarla con paciencia y atención, para que podamos centrarnos en la relación de amor que Dios quiere tener con nosotros y reflexionar atentamente sobre lo que realmente necesitamos y sobre aquellos que necesitan nuestro perdón hoy.
¡San Dionisio y sus compañeros mártires, rogad por nosotros!

Dios nos bendiga.




martes, 8 de octubre de 2024

Llamados a acercarnos a Jesús para crecer en el amor y el servicio

Martes de la Vigésima Séptima Semana del Tiempo Ordinario

«María escogió la mejor parte y nadie se la quitará» Lucas 10,42

Hoy Dios nos llama a escuchar sus enseñanzas. A lo largo de los Evangelios, Jesús enseña claramente la importancia del trabajo duro y del servicio, Jesús ve y valora nuestro trabajo, nos fortalece para que entreguemos nuestras vidas al servicio de los demás pero hoy Jesús nos invita a acercarnos, a sentarnos a sus pies, a prestar atención a esta cosa particular que llamamos adoración. Porque así es como Dios nos hizo, estamos hechos para el amor y la comunión con Dios.  Somos finitos, el Dios que nos apartó desde el vientre de nuestra madre entiende de lo que somos y no somos capaces. Dios, que nos conoce íntimamente, nos llama, por su gracia, a estar presentes, a sentarnos y escuchar su enseñanza, a discernir en oración lo que nos pide que hagamos en cada momento de nuestro día. Y aquí, en esta liturgia, participamos en la vida divina de la Trinidad, un intercambio eterno de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, esta acción, esta participación litúrgica, es nuestro derecho y deber por el bautismo es la mejor parte; no la demos nunca por sentada. Pidamos la gracia de acercarnos a Jesús como María para crecer en el amor por él y así ser fortalecidos para el servicio al que estamos llamados a medida que avanzamos en nuestro discipulado. Amén

Dios nos bendiga.




lunes, 7 de octubre de 2024

Llamados a tratar a los demás con amor y misericordia

Memoria de Nuestra Señora del Rosario

«Entonces Jesús le dijo: Anda y haz tú lo mismo» Lucas 10,37

En el evangelio de hoy hay dos puntos clave, primero, que cualquier persona que encontremos es nuestro prójimo, sin importar el grupo al que pertenezca y el segundo punto es que el amor y la misericordia están en el corazón de la ley y deben tener precedencia en la acción correcta. En su intercambio con el estudioso de la ley en el Evangelio de hoy, Jesús articula que todos debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, con todo nuestro ser, con todas nuestras fuerzas y con toda nuestra mente, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Pero, ¿quién es nuestro prójimo? Jesús, como suele hacer, responde con una parábola. Pero el samaritano no es el bueno de la parábola porque cuida al hombre herido. El samaritano es nuestro ejemplo porque reconoce que la humanidad y la dignidad de este hombre están por encima de cualquier otra descripción, en el papel, son enemigos, en el reino, son vecinos y hermanos. Jesús le dijo al doctor de la ley, ve y haz lo mismo, pero también nos lo dice a nosotros pero lo que más importa al seguir la ley de Dios es tratar a los demás con amor y misericordia. Jesús proclama que vivir una vida rebosante de amor y misericordia hacia los demás, especialmente hacia los oprimidos, es la clave para la vida eterna. Pidamos hoy la gracia de poder reflexionar sobre cómo consideramos a todos y cada uno como nuestro prójimo. Nuestra Señora del Rosario, ¡ruega por nosotros!

Dios nos bendiga.





jueves, 3 de octubre de 2024

Llamados a anunciar esa Buena Noticia al mundo

Jueves de la Vigésimo Sexta Semana del Tiempo Ordinario

«Pónganse en camino; los envío como corderos en medio de lobos» Lucas 10,3

La tarea de compartir el mensaje del Evangelio pertenece a todos los bautizados. El Evangelio de hoy habla a todos los bautizados y a nuestra misión común de compartir la Buena Nueva, Jesús envía a sus seguidores a las ciudades y pueblos, y nosotros, que lo adoramos aquí hoy, también somos enviados desde esta Misa a compartir el Evangelio con el mundo. El Evangelio de hoy nos recuerda que Jesús sabe que cuando sus discípulos se pongan en camino, se encontrarán con una variedad de respuestas: algunos los recibirán con gran alegría, otros con indiferencia e incluso rechazo. Pero, sin importar la respuesta, ellos deben permanecer firmes y enfocados –firmes en su fe mientras oran para que el dueño de la mies envíe más trabajadores, y enfocados en que, sin importar cómo sean recibidos, no deben desesperarse y permanecer comprometidos con la proclamación del Evangelio. Hoy También esta es nuestra responsabilidad como bautizados y formados en la Palabra y el Sacramento, por eso somos enviados, exhortados y animados a permanecer firmes en nuestra fe y enfocados en nuestra resolución y podemos enfrentar obstáculos que no son diferentes a los que experimentaron los discípulos: rechazo, indiferencia, ignorancia y tal vez incluso nuestros propios tropiezos de duda y desesperación, junto con las trampas de la tentación y el pecado. Pero nada de esto sorprende a Dios. Así como conoció a sus discípulos, el Señor nos conoce a nosotros. Él sabe de lo que somos capaces y es mucho más de lo que imaginamos. Él sabe de qué tenemos miedo, y su gracia es mucho mayor que nuestro miedo. Él permanece entre nosotros y dentro de nosotros para ayudarnos a lograr aquello a lo que nos llama. Pidamos hoy la gracia de anunciar que el reino de Dios está cerca, y no tengamos miedo de salir y anunciar esa Buena Noticia al mundo. Amén

Dios nos bendiga.




miércoles, 2 de octubre de 2024

Llamados a dejarnos ayudar y cuidar por los Ángeles Custodios

Memoria de los Santos Ángeles Custodios

«Pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre » Mateo 18,10 

Todos somos hijos del Señor. Dios es nuestro Padre, nosotros somos sus hijos. En el Evangelio, cuando los discípulos le preguntan a Jesús quién es el más grande en el reino del Señor, Jesús explica que la “grandeza” de la que hablan los discípulos es un deseo y un concepto terrenal, ya que los “más grandes” a los ojos del Señor son aquellos que son sus hijos: humildes, amorosos, inocentes, obedientes y servidores deseosos. Esos son los que entrarán en el reino y esos son los que mirarán al Señor todos sus días. Hoy celebramos la Fiesta de los Ángeles Custodios, los ángeles que velan y cuidan de nosotros, que nos ayudan en nuestras oraciones y cuando llega el momento ellos presentan nuestras almas al Señor en el juicio final. Dios nos da un ángel guardián para ayudarnos, para que podamos regresar a casa con él, el Señor quiere que todos sus hijos estén con él en el reino por la eternidad. Pidamos hoy la gracia por la intercesión de los Ángeles Guardianes si queremos estar con Cristo para siempre en el cielo de comprender que somos hijos de Dios y que él es nuestro Padre, solo debemos mantener nuestros ojos puestos en él para recibir guía y fortaleza, y dejar de lado el orgullo y el deseo de grandeza terrenal.
Santos Ángeles Custodios, ¡ruega por nosotros! 

Dios nos bendiga.




martes, 1 de octubre de 2024

Llamados a confiar y a abandonarnos a la libertad que se encuentra en Cristo

Memoria de Santa Teresita del Niño Jesús, Virgen y Doctora de la Iglesia

«Jesús se volvió y los reprendió, y ellos se fueron a otro pueblo» Lucas 9,56

El propósito de Dios para nosotros es más grande que cualquier adversidad. Tanto amor tuvo y tanta misericordia extendió el Padre, que el Hijo de Dios bajó del cielo para asumir nuestra humanidad, para que pudiéramos vivir con él para siempre. Jesús está aquí para nosotros siempre, y confiar en él y entregar nuestros miedos, dudas, ansiedades y cargas nos da una libertad para vivir en él que supera cualquier otra forma de vida. Santa Teresita del Niño Jesús, también conocida como la Pequeña Flor, es alguien que entendió esto completamente y lo vivió explícitamente, por eso la Iglesia la celebra hoy, y su apodo habla de su inspiradora espiritualidad de sencillez: a pesar de una vida corta, complicada –a veces– por el peso insoportable del sufrimiento físico, buscó la santidad haciendo actos de amor aparentemente pequeños todos los días. Su confianza en Jesús y su entrega a Él fueron la piedra angular de su vida de fe, y es conocida por ver siempre la belleza y la alegría en la vida. Incluso con las pruebas que enfrentó, tenía un fuerte sentido de propósito y de la voluntad de Dios para ella. Las dificultades que enfrentamos son reales. Las pruebas que soportamos son reales. Pueden ser dolorosas, destructivas e incluso hacer que a veces nos sintamos como Job, lamentando el día de nuestro nacimiento y el sufrimiento de los inocentes. Pero la vida y la muerte de Jesús, y las vidas de Santa Teresita y de tantos otros santos, nos muestran que el propósito de Dios es mayor que cualquier dificultad. Esta Eucaristía que celebraremos es un regalo tangible que nos ayuda a recordarlo. Nos da fuerza en el camino, nos llena de la gracia de Dios, nos ayuda a confiar y a abandonarnos a la libertad que se encuentra en Cristo. Santa Teresita del Niño Jesús, ¡ruega por nosotros!

Dios nos bendiga.