Memoria de Santa Teresita del Niño Jesús, Virgen y Doctora de la Iglesia
«Jesús se volvió y los reprendió, y ellos se fueron a otro pueblo» Lucas 9,56
El propósito de Dios para nosotros es más grande que cualquier adversidad. Tanto amor tuvo y tanta misericordia extendió el Padre, que el Hijo de Dios bajó del cielo para asumir nuestra humanidad, para que pudiéramos vivir con él para siempre. Jesús está aquí para nosotros siempre, y confiar en él y entregar nuestros miedos, dudas, ansiedades y cargas nos da una libertad para vivir en él que supera cualquier otra forma de vida. Santa Teresita del Niño Jesús, también conocida como la Pequeña Flor, es alguien que entendió esto completamente y lo vivió explícitamente, por eso la Iglesia la celebra hoy, y su apodo habla de su inspiradora espiritualidad de sencillez: a pesar de una vida corta, complicada –a veces– por el peso insoportable del sufrimiento físico, buscó la santidad haciendo actos de amor aparentemente pequeños todos los días. Su confianza en Jesús y su entrega a Él fueron la piedra angular de su vida de fe, y es conocida por ver siempre la belleza y la alegría en la vida. Incluso con las pruebas que enfrentó, tenía un fuerte sentido de propósito y de la voluntad de Dios para ella. Las dificultades que enfrentamos son reales. Las pruebas que soportamos son reales. Pueden ser dolorosas, destructivas e incluso hacer que a veces nos sintamos como Job, lamentando el día de nuestro nacimiento y el sufrimiento de los inocentes. Pero la vida y la muerte de Jesús, y las vidas de Santa Teresita y de tantos otros santos, nos muestran que el propósito de Dios es mayor que cualquier dificultad. Esta Eucaristía que celebraremos es un regalo tangible que nos ayuda a recordarlo. Nos da fuerza en el camino, nos llena de la gracia de Dios, nos ayuda a confiar y a abandonarnos a la libertad que se encuentra en Cristo. Santa Teresita del Niño Jesús, ¡ruega por nosotros!
Dios nos bendiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario